Enfoque

«La humanidad arrojada a la tierra. Vergüenza, vergüenza, vergüenza». Hasta Orissa (India), llega el grito de dolor por la muerte de Aylan, el niño sirio de tres años que apareció la semana pasada ahogado en una playa turca. El artista Sudarsan Pattnaik ha rendido este homenaje al pequeño, símbolo de miles de refugiados que huyen a Europa y a menudo mueren en el intento, aunque sus imágenes nunca nos lleguen.

El santuario de Torreciudad volvió a acoger el sábado la Jornada Mariana de la Familia (¡y ya van 25 ediciones!). Unas 18.000 personas se congregaron para celebrar y rezar por las familias. El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, pidió oraciones, cercanía y misericordia hacia los refugiados. El Papa envió un mensaje en el que animó a las familias participantes a llegar a «los corazones que se preguntan por el sentido de la vida o tienen miedo a arriesgarse».

«El enemigo de Dios y de la Humanidad entró en la mente y el corazón de algunos hombres con el veneno del odio y la destrucción para anular a los que hacían el bien: padres y madres de familia, grandes y pequeños, sacerdotes, religiosas y también obispos», dijo el cardenal Angelo Amato el sábado durante la canonización en Gerona de tres religiosas mártires pertenecientes al Instituto de las Religiosas de San José. Como sucedió en España en los años 30 —resaltó el prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos—, siguen muriendo asesinados en el mundo miles de cristianos por odio al Evangelio.