Recibir por primera vez a Jesús dentro de nosotros no implica sólo que nuestra relación con Él vaya a ser más fuerte. Jesús, al entregarse a nosotros en el pan y el vino, se hace regalo, don, para nosotros. Al recibirle, nosotros debemos parecernos cada vez más a Él, y por eso también sentiremos esa llamada a ser nosotros don para los demás. Muchos niños expresan esto dando algo de su dinero para ayudar a niños de lugares pobres, o renunciando a alguno de sus regalos de Comunión y dedicando el dinero a este fin. En algunos lugares, es el obispo el que elige el destino al que irá todo el dinero ofrecido por los niños.
En Calahorra y La Calzada-Logroño, han decidido que entregarán el dinero a Kenya, para comprar todos los muebles necesarios para poner en marcha el colegio que se está construyendo en la parroquia de Chelopoy: sillas, mesas, pizarras… En Teruel, el dinero que aporten los niños irá al hospital Our Lady of Grace, de Breman-Asikuma, en Ghana (África). Allí trabaja la hermana Purificación Pérez Lope, Hermana de la Caridad de Santa Ana, que es de Teruel. El hospital atiende cada día a 400 personas, entre las que van a las consultas y las que están allí ingresadas. La mayoría de pacientes son niños, y algunos llegan de pueblos bastante alejados.

En Coria-Cáceres, el dinero se le va a enviar a Santos, un misionero extremeño que está en Benín. Santos ha escrito una carta en la que cuenta: «Nos dedicamos a trabajar con niños, adolescentes y jóvenes de la calle, abandonados o maltratados… Después de una etapa de reeducación, pasan al Centro Magote. Durante tres años, se les prepara en la Escuela Acelerada, para que, con el certificado de Estudios Primarios, puedan seguir en los colegios, o sigan en los talleres. Les damos la comida gratuita. Yo les explico la Biblia…».