León XIV advierte a los obispos italianos sobre «una cierta desafección hacia la fe y la crisis demográfica»
Ante todos estos problemas, ha recomendado «llevar a Cristo en las venas»
«La comunidad cristiana de este país ha tenido que afrontar desde hace tiempo nuevos desafíos, vinculados al secularismo, una cierta desafección hacia la fe y la crisis demográfica». Así lo ha advertido el Papa en la que ha sido su primera reunión con los obispos italianos, a los que ha comenzado hablando de colegialidad; un «principio de comunión» que «se refleja también en una sana cooperación con las autoridades civiles».
Ante esta situación, León XIV ha ofrecido a los prelados una hoja de ruta. «Anuncio del Evangelio, paz, dignidad humana, diálogo: estas son las coordenadas a través de las cuales podéis ser Iglesia que encarna el Evangelio y es signo del reino de Dios», ha indicado.
La primera de ellas, sin embargo, es la clave de todo lo demás, tal y como ha explicado el Pontífice. «Se trata de poner a Jesucristo en el centro y ayudar a las personas a vivir una relación personal con Él, a descubrir la alegría del Evangelio». En este sentido, ha advertido de que «en un tiempo de gran fragmentación es necesario volver a los fundamentos de nuestra fe». Y ha añadido: «Este es el primer gran compromiso que motiva a todos los demás: llevar a Cristo en las venas de la humanidad».
Precisamente, «la relación con Cristo nos llama a desarrollar un enfoque pastoral en el tema de la paz» porque «el Señor nos envía al mundo para llevar su don: “¡La paz sea con ustedes!”, y para convertirnos en sus artífices en la vida cotidiana». Esto pone deberes a las «parroquias» de los «barrios» en las «zonas del interior del país» —periferias urbanas y existenciales—, «donde las relaciones humanas y sociales se dificultan y el conflicto se gesta». En este contexto, el Santo Padre ha pedido «hacer visible» una «iglesia capaz de reconciliación».

De forma concreta, el Papa ha recomendado a cada diócesis italiana «promover cursos de educación en la no violencia, iniciativas de mediación en conflictos locales, proyectos de acogida que transformen el miedo al otro en una oportunidad de encuentro» y que, así, «cada comunidad se convierta en una casa de paz, donde aprendamos a desactivar la hostilidad mediante el diálogo, donde se practique la justicia y se preserve el perdón».
En tercer lugar, León XIV ha hablado del desafío de custodiar «la dignidad de la persona humana» frente a la amenaza de aniquilación proveniente de «la inteligencia artificial, la biotecnología, la economía de datos y las redes sociales». Ante reto, el Pontífice ha pedido reforzar «la visión antropológica como herramienta esencial para el discernimiento pastoral».
Por último, ha recomendado «cultivar la cultura del diálogo» y que las realidades eclesiales «sean espacios de escucha intergeneracional, de confrontación con mundos diferentes, de cuidado de las palabras y las relaciones». Al final de su discurso, el Pontífice ha instado a los obispos a avanzar en unidad, a mirar el mañana con serenidad y no temer tomar decisiones valientes y a cuidar de que los fieles laicos, alimentados por la Palabra de Dios y formados en la doctrina social de la Iglesia, sean protagonistas de la evangelización en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en los ambientes sociales y culturales, en la economía, en la política.