El Papa llama «a la responsabilidad y la razón» ante la escalada bélica entre Israel e Irán
En la audiencia jubilar de este sábado, ha recordado que «el Evangelio viene de fuera» y que eso «es un signo de esperanza porque nos recuerda cómo los pueblos siguen enriqueciéndose mutuamente»
En la mañana de este sábado, el Santo Padre ha dado la bienvenida en la audiencia jubilar a la multitud de peregrinos que han llegado a Roma este fin de semana para celebrar el Jubileo del Deporte. A ellos, en la basílica de San Pedro, les ha invitado a reflexionar sobre «la relación entre la actividad atlética y la virtud de la esperanza». Este evento, que el mismo Pontífice ha calificado como «una valiosa oportunidad» para reflexionar sobre ello, concluirá este domingo con una Eucaristía presidida por él en la plaza de San Pedro.
«Nuestras más profundas esperanzas nos desafían a hacer del mundo del deporte un escenario donde se puedan ejercitar valores auténticamente cristianos y comunicarlos a otros para la construcción de un mundo mejor», les ha instado a entrenadores, directores deportivos, profesionales y aficionados presentes.
El Pontífice también se ha referido a la grave escalada bélica de las últimas horas entre Irán e Israel. «En este momento tan delicado, quiero renovar un llamamiento a la responsabilidad y la razón. Nadie debe jamás amenazar la existencia del otro», ha insistido. «Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y promoviendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad de todos».
En su catequesis, León XIV ha puesto de ejemplo a san Ireneo de Lyon, que llegó desde Asia hasta Europa tras recibir la fe de los apóstoles. Una muestra que ha querido recordar ya que, «aún hoy, las comunidades migrantes son presencias que reavivan la fe en los países que las acogen». En este sentido, el Papa ha señalado que «el Evangelio viene de fuera» y que eso «es un signo de esperanza porque nos recuerda cómo los pueblos siguen enriqueciéndose mutuamente».
El Santo Padre ha descrito a este santo como un «maestro de unidad» y «uno de los más grandes teólogos cristianos», y ha recordado que, siguiendo su ejemplo, el caminar hacia la comunión se hace «entre personas, pueblos y criaturas». Por eso, ha insistido: «Tendamos puentes donde hoy hay muros. Abramos puertas, conectemos mundos, y habrá esperanza». Sin abandonar el hilo conductor de estas audiencias que comenzó el difunto Papa Francisco a principios de año, que es la esperanza, ha hecho también una invitación explícita a «tomarnos en serio lo que rezamos cada día en el padrenuestro: “Como en el cielo, así en la tierra”».
Otra clave de san Ireneo que ha destacado el Pontífice ha sido la unidad y no dejarse dividir por cuestiones doctrinales internas. «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une. Es necesario permanecer en él y distinguir la realidad de las ideologías», ha explicado, puntualizando que el amor es el mandamiento «escrito en nuestra carne, incluso antes que cualquier ley».