León XIV reivindica el deporte como «instrumento de encuentro entre los pueblos»
En el ángelus ha recordado a las 200 víctimas de la «terrible masacre» de Nigeria, y ha pedido diálogo en otros conflictos como Sudán o Myanmar
«Queridos deportistas, la Iglesia les confía una misión maravillosa: ser, en las actividades que realizan, reflejo del amor de Dios Trinidad, para bien de ustedes y sus hermanos». Estas han sido las palabras que el Papa León XIV ha dirigido a los miles de deportistas reunidos este domingo en la basílica de San Pedro en la Misa de clausura del Jubileo del Deporte. «Comprométanse con entusiasmo a esta misión; como atletas, como formadores, como sociedad, como grupos y familias», ha animado.
La Eucaristía, cuya celebración estaba inicialmente prevista en la plaza de San Pedro, finalmente ha tenido lugar en el interior de la basílica debido a las altas temperaturas. Además, ha coincidido con la solemnidad de la Santísima Trinidad, por lo que el Papa ha resaltado el binomio entre Trinidad y deporte, una asociación que «no es habitual» pero que «tampoco es absurda». De hecho, «toda buena actividad humana es un reflejo de la belleza de Dios y, sin duda, el deporte es una de ellas», y ha hecho alusión al «movimiento de Dios» al relacionarse con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A esto lo llama la teología «danza de amor recíproco», ha señalado el Santo Padre.
Algunos padres de la Iglesia incluso se refieren a este dinamismo como «un Dios que se divierte». Por eso, León XIV ha afirmado que «el deporte puede ayudarnos a encontrar a Dios Trinidad, porque requiere un movimiento del yo hacia el otro, exterior pero también interior». Sin esto, «se reduce a una estéril competencia de egoísmos».
El Papa ha enviado este domingo un telegrama al arzobispo de Liverpool con motivo de las celebraciones del Día por la Vida de las conferencias episcopales de Inglaterra y Gales, Escocia e Irlanda. «Su Santidad ruega que, mediante su testimonio común de la dignidad divina de cada persona, sin excepción, y del tierno acompañamiento cristiano a los enfermos graves, todos en la sociedad se sientan animados a defender, en lugar de socavar, una civilización fundada en el amor auténtico y la compasión genuina», reza el escrito, que está firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado.
Durante su intervención, el Santo Padre ha hecho alusión explícita a varios Papas anteriores como Francisco, Pablo VI, o Juan Pablo II, quien era muy aficionado al deporte y aseguraba que «el deporte es alegría de vivir, juego y fiesta, y se debe valorar como tal, mediante la recuperación de su gratuidad y su capacidad para favorecer el diálogo y la apertura de unos hacia otros». Todo ello, ha puntualizado, «por encima de las duras leyes de la producción y el consumo y cualquier otra consideración puramente utilitaria y hedonista de la vida».
Ante más de 6.500 fieles, ha destacado algunos aspectos esenciales que hacen del deporte un medio valioso para la formación humana y cristiana: «En una sociedad marcada por la soledad y por un individualismo exagerado, el deporte, especialmente de equipo, enseña el valor de la colaboración, de caminar juntos». Por eso, puede ser «un instrumento de encuentro entre los pueblos y comunidades, en entornos escolares, laborales y en las familias». Por otro lado, el Papa ha hecho alusión a la digitalización de la sociedad y ha indicado que, frente a la tecnología «que nos aleja de las personas que tenemos cerca, el deporte valora la concreción de estar juntos y el sentido del cuerpo, del esfuerzo y del tiempo real». De esta manera, el Papa León XIV ha puesto en valor los valores del deporte vinculados estrechamente con la vida cristiana: «Así como nadie nace campeón, nadie nace santo».
200 personas asesinadas «con extrema crueldad» en Nigeria
Al concluir la Eucaristía, León XIV se ha subido al papamóvil para saludar a los fieles congregados en la plaza. Después, ha rezado la oración mariana del Ángelus. Allí ha vuelto a recordar que «el deporte es un camino para construir la paz porque es una escuela de respeto y lealtad». Valores necesarios en el mundo de hoy, donde continúan aflorando los conflictos como el de Myanmar donde, a pesar del alto al fuego, «siguen los combates, también a infraestructuras civiles», ha denunciado el Pontífice, que ha llamado a una «solución pacífica y estable».
Además, el Santo Padre ha acentuado la gravedad de la «terrible masacre» de Nigeria que ha tenido en las últimas horas, donde cerca de 200 personas han sido asesinadas «con extrema crueldad». «Rezo para que la justicia y la paz prevalezcan en Nigeria, país tan amado», ha expresado el Papa, que también ha tenido un recuerdo para el conflicto de Sudán, «que desde hace dos años está devastada». Además, ha confirmado la noticia del asesinado de un sacerdote allí, víctima de un bombardeo en ese país.
«Exhorto a la comunidad internacional a intensificar las ayudas esenciales a la población». Una petición que ha hecho extensa a Oriente Medio, para el que este sábado el Papa pidió una desescalada bélica, así como a Ucrania y otros conflictos en la región.