El nuncio en Nicaragua pide apoyo para su papel de «testigo y acompañante» de las negociaciones
El nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, que actúa como «testigo y acompañante» de las negociaciones entre el Gobierno y la oposición de Nicaragua, dijo este lunes que en el país «hay mucha mentira» y que «algunas fuerzas están mimando el campo» al proceso que busca una salida la crisis que estalló hace casi un año.
«En este país lamentablemente, eso me duele, no hay confianza, hay mucha mentira», dijo el nuncio en una conferencia de prensa, en la que solicitó apoyo para su papel de «testigo y acompañante» de las negociaciones.
Esta solicitud del representante del Vaticano en Nicaragua se produce luego de que se difundiera un vídeo en redes sociales en el que una manifestante antigubernamental recientemente excarcelada señaló al nuncio de haber calificado de «malo» el hecho de protestar contra el Gobierno.
Esa afirmación la habría hecho Waldemar Stanislaw Sommertag durante una reunión con un grupo de detenidas por haber protestado contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega en la penitenciaría de mujeres La Esperanza.
El religioso ha sido el principal gestor de la libertad de al menos 150 personas que han sido encarceladas en Nicaragua por protestar contra el presidente Daniel Ortega, según informó el Gobierno el pasado fin de semana.
«El nuncio no tiene ningún padrón, ni de derecha, ni de izquierda, ni de atrás, no tiene padrones, que sea claro para todos, y está sacrificando su propia vida, su espacio, su trabajo, porque yo tengo otros trabajos qué hacer también», sostuvo Sommertag, visiblemente emocionado.
El representante del Vaticano en Nicaragua reprendió a «algunos» medio de comunicación por considerar que «están poniendo la trampa porque se negocie».
«Yo no soy neutral, no puedo ser neutral frente al sufrimiento de un pueblo, soy imparcial sí», resaltó Sommertag.
El nuncio insistió en que las negociaciones en Nicaragua se deben a sus gestiones, pero que «algunas fuerzas están minando el campo».
Advirtió que la situación de Nicaragua «es una cuestión que no es mía, esa es responsabilidad de los nicaragüenses, si los nicaragüenses quieren solución, pero recuérdense que yo no voy a ser la solución, pero no voy a ser nunca un obstáculo».
En las negociaciones en Nicaragua, que iniciaron el 27 de febrero pasado, la contraparte del Gobierno, la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, acusa al Gobierno de «falta de voluntad política» para resolver la crisis.
Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos en 11 meses, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos locales humanitarios elevan a 561 las víctimas mortales, mientras que Ortega solamente reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.
Al menos 762 personas permanecen con algún tipo de régimen carcelario en Nicaragua tras participar en protestas antigubernamentales, según el Comité Pro Liberación de Presas y Presos Políticos.
La CIDH ha insistido en que el Gobierno de Ortega ha cometido crímenes «de lesa humanidad», mientras que la aplicación de la Carta Democrática Interamericana está en proceso en la Organización de los Estados Americanos (OEA), lo que podría culminar con la suspensión del país centroamericano del organismo continental.