El 1 %. Los más listos de la clase - Alfa y Omega

El 1 %. Los más listos de la clase

Isidro Catela
Arturo Valls presenta el concurso que se estrenó el pasado 17 de abril
Arturo Valls presenta el concurso que se estrenó el pasado 17 de abril. Foto: Atresmedia Comunicación.

«Magia empieza con M y termina con T». Un sencillo juego de lógica como este, que se va complicando a medida que avanza el programa, es el quid de las cuestiones que Arturo Vals adereza con chistes de los suyos en el nuevo concurso de Antena 3. El 1 %, basado en un exitoso formato británico, pone a jugar a 100 personas en una suerte de hemiciclo que pretende representar a toda España. Los acompañan tres famosos, que tienen un papel tan secundario como prescindible./p>

Así de primeras, nos presentan a la demoscopia como aval y nos cuentan que se ha preguntado a una «amplia muestra de españoles» para sopesar la dificultad de las preguntas. De esta manera, se van lanzando primero las más fáciles (las que acertaría el 90 % de la población) hasta llegar a la final (la pregunta que solo acertaría un 1 %), donde un suculento bote, que puede rozar los 100.000 euros, espera a los que hayan sobrevivido. En intermedios que, afortunadamente, no se alargan demasiado, vamos viendo cómo a los que fallan se les pone la cara color azul, conocemos quiénes son, de dónde vienen y nos echamos unas risas —no demasiado crueles— con los fallos más impropios.

La rueda está inventada y, afortunadamente, El 1 % no pretende reinvención alguna. Se trata de un programa concurso, entretenimiento puro, blanco, para toda la familia, si no fuera porque la familia ya apenas se junta para ver la televisión y menos aún entre semana, un miércoles, en un supuesto prime time que se acerca a las once de la noche.

Si pueden, recupérenlo a la carta, con las múltiples opciones que la red y las televisiones inteligentes nos proporcionan. Háganlo con los más jóvenes de la casa. Es ideal para retarse entre abuelos, padres e hijos. Habrá pique inevitable para ver quién es el más listo de la clase; pero eso, salvo que estés en el plató, es, en última instancia, lo de menos.