El hombre que demostró que se puede ser santo y político (a la vez) - Alfa y Omega

El hombre que demostró que se puede ser santo y político (a la vez)

Se clausura el proceso diocesano de Alcide de Gasperi, ministro italiano considerado uno de los padres de Europa

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El político en una imagen de archivo durante los años 50 del siglo pasado
El político en una imagen de archivo durante los años 50 del siglo pasado. Foto: Getarchive.

Estamos acostumbrados a escuchar declaraciones de políticos retirados que hacen gala de su fe, una dimensión desconocida o que apenas llevaron a la práctica durante su vida activa. Sin embargo, hay excepciones: este viernes a mediodía ha tenido lugar en el Palacio Apostólico de Letrán la clausura de la fase diocesana de la causa de canonización de Alcide de Gasperi. El italiano, laico y padre de familia, es considerado, junto con Konrad Adenauer, Robert Schuman y Jean Monnet, uno de los padres de Europa por su empeño en la construcción del embrión de lo que es hoy la Unión Europea.

Ahora su vida, virtudes heroicas y fama de santidad han sido estudiados en un proceso que ha clausurado el cardenal Baldassare Reina, vicario general de la diócesis de Roma. «La historia de la Iglesia está llena de personajes que han dejado tras de sí una estela luminosa. Entre ellos destaca la figura del siervo de Dios Alcide de Gasperi», ha declarado el cardenal Reina durante el acto, informa la agencia SIR. «Su legado político —ha añadido— no se limitó a la reconstrucción de la posguerra, sino que se extendió a la consolidación de las instituciones democráticas y a la construcción de una Europa unida».

De Gasperi fue ministro de Asuntos Exteriores y presidente del Consejo de Ministros de Italia, así como fundador del partido Democracia Cristiana y secretario del Partido Popular Italiano. En la ceremonia de este viernes, el vicario general de Roma ha destacado que la fe inspiró cada una de sus decisiones, «practicando la política con sentido de justicia y rectitud». Nunca buscó el poder por interés personal, «sino que lo entendió como un servicio a la nación, guiado siempre por una profunda espiritualidad y un fuerte sentido del bien común».

Reina ha recordado asimismo que la vida del político italiano también estuvo marcada por el sufrimiento y la dificultad: «Perseguido por el fascismo, vivió años de precariedad económica y encontró refugio en la Biblioteca Apostólica Vaticana, donde profundizó su pensamiento y fortaleció su compromiso con un catolicismo político renovado». Por todo ello, el vicario general de la diócesis de Roma ha expresado su deseo de que la «Iglesia reconozca pronto el heroísmo de sus virtudes, para que su ejemplo siga inspirando a cuantos se comprometen por el bien común».