Condenan a prisión a un sacerdote de Cartagena por abusos contra dos menores - Alfa y Omega

Condenan a prisión a un sacerdote de Cartagena por abusos contra dos menores

La diócesis pide perdón a las víctimas por unos hechos que califica «lamentables y dolorosos» y reivindica la labor de los curas que se entregan con fidelidad y responsabilidad

Redacción

La sección 5 de la Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a un sacerdote de la diócesis de Cartagena, que responde a las iniciales A. L. Z., a nueve años de prisión por dos delitos de abuso sexual a menores, según ha dado a conocer este jueves el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia. Además, tendrá que someterse a siete años de libertad vigilada una vez cumplida la pena privativa de libertad e indemnizar a las dos víctimas con 8.200 euros.

Según la sentencia, el sacerdote es autor de un delito de abuso sexual por realizar tocamientos en partes íntimas del cuerpo a un menor de 13 años y de otro de abuso sexual continuado a uno de 16 años, también por tocamientos. En ambos casos, utilizó «su condición sacerdotal y de amistad con ellos y su familia». Además, mantenía conversaciones de tipo sexual con los menores.

El acusado no podrá acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse por cualquier medio con los menores durante nueve y diez años respectivamente. Además, estará inhabilitado por una década para cualquier profesión u oficio, remunerado o no, en el que tenga contacto con menores de edad. Aunque la condena no es firme, pues cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, la sala ha acordado el ingreso en prisión provisional del acusado por la «gravedad de las penas impuestas».

Tras conocer el fallo, la diócesis de Cartagena ha emitido un comunicado en el que muestra su respeto «más profundo» a las actuaciones de la Justicia. Pide asimismo que estos hechos, «lamentables y dolorosos, no empañen la labor de tantos sacerdotes de nuestra diócesis que se entregan cada día con fidelidad al Evangelio y responsabilidad en su ministerio».

Del mismo modo, ha mostrado su cercanía a las víctimas y a sus familias, «a las que pide perdón y sigue ofreciendo su ayuda a través de la Delegación Episcopal para la Protección del Menor y de los Adultos Vulnerables». Ha añadido que su compromiso «es erradicar cualquier comportamiento que afecte a la dignidad de la persona, especialmente de las que son menores de edad y más vulnerables». Finalmente, ha recordado que, como establece la normativa de la Iglesia, el sacerdote sigue suspendido del ejercicio del ministerio.