Bilbao prepara un gran acto de oración por las víctimas de abusos - Alfa y Omega

Bilbao prepara un gran acto de oración por las víctimas de abusos

Será el próximo 24 de marzo y estará presidido por el obispo Joseba Segura. La Comisión diocesana de protección de menores ha trabajado en 32 casos en 2022

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La Comisión diocesana de protección de menores de Bilbao en la presentación del miércoles. Foto: Diócesis de Bilbao.

El próximo 24 de marzo a las 18:00 horas, la catedral de Bilbao acogerá un acto oracional presidido por el obispo Joseba Segura en el que la Iglesia en Vizcaya pedirá perdón ante Dios a las víctimas de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia.

El anuncio se hizo público el pasado miércoles, cuando la Comisión de Protección de Menores y Prevención de Abusos Sexuales de la diócesis de Bilbao ofreció los datos de su actividad el año pasado.

Este organismo abrió en 2022 un total de 32 expedientes: 18 casos de órdenes religiosas y 14 de sacerdotes diocesanos. Hay un total de 14 casos abiertos y 16 se han cerrado. Son tres los casos que se han denunciado ante la Fiscalía y otros dos se han trasladado a pesar de estar prescritos. Hasta febrero de este año se ha dado formación a 127 personas en las diversas vicarías y se ha ofrecido la guía para la protección de menores a más de 300 personas en diferentes entornos eclesiales de la diócesis.

La comisión, formada por tres abogados, una educadora, una psicóloga y un ertzaintza, reconoció que «también en nuestra Iglesia se han cometido abusos sexuales» y que «cualquier número de víctimas es demasiado y cualquier abuso es insoportable e intolerable».

El criterio seguido a la hora de abordar los casos es hacer prevalecer «el deseo de la víctima». En este sentido, algunas han pedido privacidad, otras han salido a los medios de comunicación para animar a las que no se atreven, otras quieren saber el nombre y apellidos de su agresor, otras solicitan reconocimiento y piden a la Iglesia que asuma responsabilidades «y otras están tan rotas que no han querido ni hablar con nosotros», dijo el portavoz del organismo diocesano.

En todos estos casos, hay un elemento común: «Han sufrido uno de los crímenes más viles y atroces que se puede concebir, agravado por el abuso de poder y conciencia».