Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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El Papa en Turquía

Nuestro Jefe de Gobierno viajó hace poco a Turquía para promocionar su Alianza de Civilizaciones. Como contrapartida del apoyo a la misma del presidente Erdogan, parece que Zapatero se comprometió a apoyar el ingreso de aquel país en la Unión Europea. Ahora es el Papa quien va a Turquía para promocionar el diálogo ecuménico y la libertad religiosa, a la vez que da aliento y respaldo a la minoría católica que allí existe y que se ve acosada por buena parte de los sectores islamistas radicales. Precisamente el miedo a la actitud de estos sectores es el que motivó que Erdogan no quisiera encontrarse con Benedicto XVI, y sólo al final, por la presión internacional, ha aceptado entrevistarse con el Papa durante un cuarto de hora en el aeropuerto. ¿Puede creerse en esa Alianza de Civilizaciones, si uno de sus promotores no es capaz de apoyar abiertamente el diálogo ecuménico y la libertad religiosa en su país? ¿Puede España apoyar el ingreso en la Unión Europea, en donde los islamistas pueden manifestar su fe y hacer proselitismo de la misma libremente, de un país en donde, según quien mande, no existirá la misma libertad para los cristianos?

Ismael Olmos Cabrera
Madrid

En este mismo sentido, hemos recibido cartas de Jesús Domingo (Gerona); Margarita Toledano (Málaga); Remedios Falaguera (Barcelona); Yolanda Vargas (Barcelona) y María Dolores Navarro (Madrid)

Cultura de la vida

Primero se les quitó la autoridad a los padres. Luego se les quitó a los profesores. Después, se ofreció sexo y botellón a los jóvenes. Más tarde se atacó al matrimonio y a la familia. Ahora nos extraña la violencia doméstica y la violencia escolar. No sólo aumentan cada año, sino que seguirán aumentando en correlación al número de abortos y rupturas matrimoniales, que también son violencia. Por lo tanto, si queremos acabar con la violencia doméstica y escolar, acabemos con la cultura de la muerte, y fomentemos la cultura de la vida, apoyando a los matrimonios y a las familias.

Francisco Javier Alba
Madrid

Con monseñor Martínez

Nos hemos acostumbrando a ver cómo se intenta descalificar, un día sí y otro también, al señor arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez.

Yo también quisiera aportar mi granito de arena a la formación de un clima de opinión sobre nuestro señor arzobispo. Desde mi punto de vista, don Javier encarna bien la figura del pastor evangélico. El buen pastor no huye cuando ve venir al lobo, sino que se juega el tipo por sus ovejas. Le he oído hablar varias veces y su discurso me ha parecido ameno, formativo. Siempre que he escuchado su predicación, he salido confortado y confirmado en mi fe. Por supuesto que tendrá sus defectos, como todo hijo de vecino, pero cuando ha manifestado su discrepancia respecto al proyecto de Educación para la ciudadanía, he echado de menos en algunos políticos esos talantes negociadores, esas mangas anchas para interpretar la ley de acuerdo con las necesidades sociales y los supuestos deseos de la población, que se reclaman con insistencia para otras áreas de acción política. Somos muchos los ciudadanos que consideramos que la nueva asignatura atenta contra el derecho —reconocido por la Constitución— a educar libremente a los hijos, a configurar legítimamente nuestro estilo de vida.

Miguel Vega López
Granada

En este mismo sentido, hemos recibido carta de Juan Francisco Fernández Aguilar (Málaga)

Arte intolerable

Esta Confederación Católica de Padres quiere contestar, a través de los medios de comunicación, a la señora ministra de Cultura, en sus declaraciones acerca de la tolerancia y el respeto que determinados sectores de la sociedad andaluza estamos exigiendo a los gestores culturales de la Bienal de arte contemporáneo, que se está celebrando en Sevilla. No podemos entender cómo, para realizar una obra de arte, es necesario utilizar la imagen de Jesús muerto en la cruz, colgado de prendas íntimas femeninas, que, con el aplauso de la progresía más decadente, la autora alemana Josephine Mecseper ha traído a nuestra ciudad que se honra con poseer el título de muy mariana, y donde tanta gente guarda silencio y mira hacia otro lado ante una clara mofa de nuestra fe. Bien está que desde Estambul el presidente del Gobierno de España llame a la autocensura y al respeto de los símbolos religiosos de los demás, y mientras tanto en Sevilla, la imagen de Nuestro Señor es usada por gente carente de vergüenza y desconocedora del respeto.

Quisiéramos también hacer público nuestro agradecimiento a las empresas sevillanas que se negaron a que en sus escaparates fuera exhibida la obra de la mencionada artista.

Juan Mª del Pino Mata
Presidente de la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Andalucía

En este mismo sentido hemos recibido cartas de María Heredia (Barcelona); Rosendo Alcaraz (Sevilla); e Iván Santa Cruz (Sevilla)