Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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Chesterton y Europa

Impresionante el artículo de G. K. Chesterton, recuperado del olvido por el diario Avvenire y difundido por Alfa y Omega en su número 790, Europa se forjó en los Concilios. El artículo muestra y demuestra que las pequeñas cosas —a veces, evidentemente, no tan pequeñas— son fundamentales en la historia del pensamiento y de las instituciones. Chesterton pone el acento en el valor de los Concilios de la Iglesia en la historia de Europa, llegando a sostener que los grandes Concilios religiosos son de una importancia práctica superior a los Tratados internacionales. (Pues es cierto, añadimos, que muchos son y fueron papel mojado). La afirmación de Chesterton me ha hecho pensar y traer a la memoria que en la España visigoda tuvieron los Concilios de Toledo, capital del Estado hispanogodo. Pues fue en ellos donde se forjó la religión que hoy conservamos y guardamos los españoles. La conversión al catolicismo de Recaredo I (586-601) en el III Concilio nacional de la ciudad del Tajo, y de toda su Corte, es un evento de los más relevantes de nuestra historia. La escena, difundida por los pinceles de Antonio Muñoz Degrain (1887), presidida por san Leandro, hermano de san Isidoro de Sevilla, ha captado todos los pormenores del solemnísimo momento: la real mano posada sobre los Evangelios, la vista en blanco mirando al cielo, la riquísima larga túnica bordad en oro, prendida con una fíbula discoidal, la corona de piedras preciosas (los godos atribuyeron a sus coronas una simbología casi religiosa), etc. La fecha, el año 587, refrendada en el III Concilio, año 589. A este propósito, añadiríamos que otro referente básico es la Europa de las peregrinaciones, que iban a Santiago y a otros santuarios europeos. Piénsese en los Concilios de Nicea, Éfeso, modernamente, en Trento, y actualmente, en el Vaticano II. Fruto, pues, de estas asambleas extraordinarias nace y se desarrolla la idea de Europa y de ese gran complejo cultural, espiritual y jurídico que es Occidente.

Alberto J. Lleonart Amsélem
Internet

Qué es y qué no es eutanasia

Estos días ha saltado a los medios el caso doloroso de la muerte de la niña Camila Sánchez, que llevaba en estado de inconsciencia desde su nacimiento hace tres años, un mes y once días, por una lesión cerebral ocurrida en el momento del parto. Pedí información de primera mano a los defensores de la vida humana en Argentina, que me confirmaron que el suceso ha sido utilizado como caso testigo para abrir la legalización de la eutanasia pasiva en Argentina, y así autorizar la retirada de la hidratación y alimentación a los enfermos graves. Los defensores de la vida desde su inicio debemos saber expresar nuestra defensa de la muerte natural. Para empezar, es engañoso emplear la palabra eutanasia como sinónimo de muerte digna. Asimismo, distanasia o encarnizamiento terapéutico debe entenderse como la utilización de cuidados médicos desproporcionados frente a los deseables cuidados paliativos. La niñita Camila Sánchez estaba siendo sometida desde su nacimiento a unos cuidados médicos desproporcionados, respirando con asistencia mecánica, alimentada e hidratada mediante una sonda gástrica, sin esperanza de recuperación. El prescindir de cuidados médicos desproporcionados es una opción moralmente válida, conforme a la moral médica y a la doctrina de la Iglesia. Lo que ya no es moralmente aceptable es utilizar el sufrimiento de la niña Camila Sánchez para legalizar el crimen de la eutanasia pasiva, lo que ha hecho el Gobierno argentino. Pidamos a san José, Patrono de la Buena Muerte, que no de la eutanasia, ni de la distanasia, que nos proteja de gobernantes y legisladores que no saben lo que hacen.

Margarita Mª Fraga Iribarne (Asociación Evangelium vitae)
Madrid

El Papa, en Milán

Nuestro querido Papa, Benedicto XVI, en su reciente visita a Milán, declaraba, una vez más, que la familia es el principal patrimonio de la Humanidad. Pero, desgraciadamente, no todo el mundo lo entiende así, pues cada uno defiende a ultranza su modelo, con tal de ser feliz. Y claro, hoy, para muchos, es más feliz el que más roba, el de mayor poder adquisitivo, el de mayor rollo sexual, el que mas disfruta a costa de los demás, sin pararnos a pensar que a nuestro lado existen prójimos que no tienen ni lo más imprescindible para vivir, porque nosotros tenemos demasiado. Los cristianos concebimos la familia como el lugar donde se comparte en comunidad todo lo que son y lo que tienen sus miembros, desde unos valores vividos a la luz del Evangelio. El Papa hizo hincapié, en Milán, en que a la Humanidad nos falta el amor. Nos falta Dios. Cuando más se le necesita, más se le busca…, y más se le rechaza. Por eso, urge en los cristianos y en la Iglesia mostrar al mundo el Evangelio con toda valentía y pureza, ya que es el mejor manual para la solución de todos nuestros problemas. Sólo desde esos valores, y con buena voluntad, funcionaremos un poco mejor. Hay muchas familias que reciben el anuncio cristiano y viven con alegría y con valor la aventura del amor, pero también existen muchas familias a las que les cuesta, que viven más la fatiga que la alegría del amor. En muchas familias, el amor se convierte en jaula, porque buscan ser pareja a imagen y semejanza propia, y olvidan la aspiración a un proyecto común, al Plan previsto por Dios. Por eso, la familia, como corazón de la sociedad, debe de ser protegida y promovida.

Alberto Álvarez Pérez
Sevilla

Para encontrar la felicidad

¿Cómo puede encontrar el hombre la felicidad? Es fácil: tener una ilusión, trabajar, luchar hacia una meta, que en estos tiempos de crisis debería ser: aportar lo que puedas —cada uno en su medida posible—; no siempre es lo económico o lo material, sino que muchas veces pueden ser ideas, palabras de consuelo llenas de paz y amor que nacen de alguien que tiene fe y fuerza para luchar a favor de una sociedad, que no tiene que pasar tantos apuros. ¡Que haya más equilibrio, y que los derechos sean los mismos para todos! Ya no quiero enfadarme con nadie, sino pensar en lo positivo, con fe en el corazón y en la mente, porque creo en un mundo mejor. La familia es el primer lugar donde se enseña la caridad.

Gaby Robles Liebhart
Madrid