Las Edades del Hombre reivindica a los ángeles custodios
Más allá de su tradicional función de mensajeros, Las Edades del Hombre reivindican en su última exposición, Angeli, la misión protectora de los ángeles en la vida de los hombres. Este 2 de octubre –fiesta de los ángeles custodios– es uno de los días marcados en rojo en el calendario de la muestra
El reciente y trágico paso de DANA por la península ibérica ha traído a la memoria de este redactor un viejo cuento sobre la historia de un señor que se vio sorprendido por una inundación. Ante la crecida de las aguas, se hubo de refugiar en lo alto de su casa y suplicó a Dios que le salvara. Entonces, llegó la Policía, pero fue rechazada por el susodicho porque no era el mismo Dios quien había respondido a su oración y venía a rescatarlo. Así pasó también con la Guardia Civil, con los Bomberos y con Protección Civil. Con el último rechazo, el dueño de la casa se enfadó y le pidió explicaciones al Señor. «¿Por qué no me has socorrido?», le espetó. «Sí lo hice –contestó Dios–, yo mismo te mandé a la Policía, la Guardia Civil, los Bomberos y la Protección Civil».
El cuento es solo eso, pero son muchos a los que debajo del uniforme de un policía les gusta imaginarse unas alas como las que tradicionalmente se atribuyen a los ángeles custodios en las abundantísimas representaciones artísticas sobre estas figuras celestiales. No en vano, los ángeles custodios son los patronos del Cuerpo Nacional de la Policía. Precisamente, su fiesta se celebró este miércoles, 2 de octubre, y tuvo una especial significación para la última muestra de Las Edades del Hombre, titulada Angeli y que recoge una muestra de todo el arte sacro de Castilla y León dedicado a los ángeles.
La exposición se puede visitar en Lerma hasta el 11 de noviembre. No es un lugar al azar, allí Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, IV conde de Lerma —cuya primera medida fue convertir en ducado el título de conde—, erigió entre 1600 y 1617 uno de los conjuntos históricos-artísticos mejor conservados de España. Intervinieron los más destacados arquitectos reales de la época: Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora y fray Alberto de la Madre de Dios. «Fue como una especie de ángel para la ciudad. La renovó por completo. Levantó su palacio, la colegiata de San Pedro, seis colegios… Trató de emular a pequeña escala lo que era El Escorial para Madrid. Luego ya el duque hizo lo que hizo, pero esa idea de protección es la que me inspiró. “¿Por qué no hablamos un poco de los protectores, de los que están a nuestro lado?”. Y así surgió la idea de Angeli», explica el sacerdote Gonzalo Jiménez Sánchez, secretario general de Las Edades del Hombre.
La exposición pretende reivindicar a los ángeles, «una figura espiritual cercana en general a todo el mundo y sobre la que habíamos reflexionado poco», dice Jiménez a Alfa y Omega. Principalmente, «estamos tratando de poner de manifiesto cómo los ángeles, en especial los de la guarda, no son solo los mensajeros de Dios (la palabra ángel deriva del latín ángelus y es a su vez una transcripción del griego angelos, que significa mensajero), sino también han sido enviados por Él para protegernos a los hombres».
En definitiva, la muestra aspira a «acercar al hombre de hoy», creyentes y no creyentes, «la realidad espiritual de los ángeles, servidores celestes que tienen encomendada la misión, entre otras, de “asistir a los que han de heredar la salvación (Hebreos 1, 14)”, y, por tanto, están vinculados directamente a la vida del ser humano», subrayan desde Las Edades del Hombre. Así, los diferentes capítulos «hacen un recorrido por la historia de la salvación y hablan de la presencia de los ángeles en el Antiguo Testamento, en la vida de Jesús y para la Iglesia de hoy», sin olvidar, concluye Gonzalo Jiménez Sánchez, a los ángeles caídos, cuya inclusión en la exposición nos «habla de la existencia del mal y de la importancia de estar precavidos ante él».