31 muertos en un reparto de alimentos en Gaza: «Nos dijeron que cogiéramos comida y dispararon»
Médicos Sin Fronteras y Media Luna Roja Palestina avalan la denuncia de las autoridades de la Franja según la cual soldados israelíes dispararon en un centro de distribución de ayuda, mientras la polémica organización GHF, respaldada por Israel y EE. UU., niega lo ocurrido
«¿Se supone que tenemos que ir a buscar comida para nuestros hijos y morir?», se pregunta Mansour. Este gazatí, padre de cuatro hijos, es uno de los 200 heridos el domingo en el presunto ataque contra los palestinos que habían acudido al reparto de comida por parte de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés). Según las autoridades de la Franja, al menos 31 personas murieron en los aledaños de uno de los puntos de distribución de alimentos de esta polémica organización, respaldada por Israel y Estados Unidos.
«La gente se peleaba por cinco palés. Nos dijeron que cogiéramos comida y luego dispararon desde todas las direcciones», relata Mansour, en un testimonio recogido por Médicos Sin Fronteras (MSF). «Corrí 200 metros antes de darme cuenta de que me habían disparado».
MSF participó en la atención a los heridos en el Hospital Nasser, en Jan Yunis. Ahí su personal ha recogido relatos que hablan de cómo abrieron fuego contra ellos desde drones, helicópteros, barcos, tanques y soldados israelíes sobre el terreno. «Me dispararon a las 3:10 de la mañana. Como estábamos atrapados, sangré sin parar hasta las 5 de la mañana. Había muchos otros hombres conmigo. [Entonces] uno de ellos intentó sacarme de allí. Le dispararon en la cabeza y murió sobre mi pecho. Habíamos ido allí sólo para comer, para sobrevivir, como todo el mundo», relata Mohammad, de 24 años, desplazado en Al Qarara, Jan Yunis.
Médicos donando sangre
«Los pasillos del hospital estaban llenos de pacientes. Estaban tumbados en camas en los pasillos porque las habitaciones ya estaban abarrotadas de heridos. Tenían heridas de bala visibles en las extremidades y la ropa empapada de sangre», explica Nour Alsaqa, responsable de comunicación de MSF.
«Parecían destrozados y angustiados tras intentar conseguir comida para sus hijos, volviendo en cambio heridos y con las manos vacías. Fuera, había gritos, sirenas, una avalancha constante de nuevos pacientes. En medio del caos, recibimos la confirmación de que el hermano de una colega había muerto mientras intentaba recoger ayuda del centro de distribución», añade Nour.
En medio del caos, los propios profesionales han tenido que donar sangre para atender a los heridos, pues los bancos están casi vacíos, añade la ONG. Es la segunda vez que este nuevo sistema de distribución de ayuda provoca un derramamiento de sangre. El 27 de mayo, la primera tarde de distribución en Rafá, las fuerzas israelíes dispararon a decenas de personas mientras se distribuían cantidades totalmente insuficientes de suministros básicos vitales en medio del caos.
La GHF lo niega
La GHF ha negado esta información y ha asegurado que la ayuda fue distribuida «sin incidentes». «Somos conscientes de los rumores que Hamás está fomentando activamente al asegurar que este domingo han ocurrido muertos y heridos», según un comunicado recogido por DPA, «que son falsos e inventados».
Fuentes del Ejército israelí han explicado al canal 12 de la televisión israelí que el suceso se encuentra «bajo investigación», sin dar más detalles. El Ejército israelí no participa directamente en las tareas de distribución pero sus fuerzas están desplegadas en las inmediaciones de estos centros de asistencia. Sin embargo, tanto MSF como la Media Luna Roja Palestina confirman lo ocurrido.
«Los acontecimientos de hoy han demostrado una vez más que este nuevo sistema de entrega de ayuda es deshumanizador, peligroso y gravemente ineficaz», ha afirmado Claire Manera, coordinadora de emergencias de MSF. «Ha provocado muertes y heridas entre la población civil que podrían haberse evitado».
Frente a esto, «la ayuda debe ser suministrada únicamente por organizaciones humanitarias que tengan la competencia y la determinación necesarias para hacerlo con seguridad y eficacia», ha proseguido Manera. Por otro lado, desde la ONG señalan que «junto con las órdenes de desplazamiento y las campañas de bombardeos que matan a civiles, convertir la ayuda en arma de esta manera puede constituir crímenes contra la humanidad».