Belshazzar, rey de Babilonia - Alfa y Omega

Muchas veces la música religiosa de los Estados Unidos, más conocida como góspel, narra acciones cotidianas que aportan una moraleja como dedicar más tiempo a la oración, saber perdonar, sobrellevar un duelo, o acercarse a la figura de Jesús. Los cantantes, muchos de ellos de diferentes estilos, han puesto su voz a esos cánticos religiosos como si de una tarea vocacional se tratase. Pero la música espiritual también tiene sus vertientes donde se ayuda a los fieles a conocer historias narradas en la Biblia. Así fue como Johnny Cash compuso un tema que traía al mundo actual la historia de Belshazzar, un rey de Babilonia que murió en el año 539 a. C. En castellano traduciríamos este nombre como el rey Baltasar y Cash sintió la inspiración leyendo acerca de un banquete de este monarca en el libro de Daniel, un profeta judío exiliado en Babilonia que tenía visiones apocalípticas del mundo político de la época. Belshazzar era el sucesor del rey Nabucodonosor, el conquistador de Jerusalén y constructor de los famosos jardines de Babilonia que se relataban en el mundo antiguo como una de las siete maravillas. Daniel mencionaba esa gran comilona que Belshazzar había preparado para saborear una victoria bélica. Allí, para burlarse de los judíos, ordenó que se sacasen los vasos de oro que habían saqueado de su templo para utilizarlos. Mientras disfrutaban de la velada, una mano escribió unas letras en la pared que los sabios no supieron descifrar, pero sí el profeta. Revelaban que el gobernante caería de forma inminente. Así ocurrió cuando el rey de los persas, Ciro II el Grande, acabó con su reino y Belshazzar murió en el ataque. Aquellos vasos del templo de Jerusalén habían sido profanados y provocaron que Yahvé, el Dios de Israel, le destronase y cortase su linaje. Cash la compuso y fue la primera canción de música góspel que grabó en el sello Sun Records en la localidad de Memphis (Tennessee) en 1957. Dejó versos como estos: «Y bien, nadie alrededor podía entender / lo que estaba escrito por la mano mística / Belshazzar lo intentó, pero no pudo encontrar / a un hombre que pudiera darle tranquilidad / y Daniel el profeta, que era un hombre de Dios / vio la escritura en el muro en sangre / y Belshazzar le preguntó qué decía / Daniel se volvió hacia el muro y leyó». Una canción con una enseñanza sobre la humillación, que Johnny Cash quiso que pasase a la posteridad.