Expertos en la Sábana Santa desmienten que sea una simple «mancha de pintura medieval»
Ni manchas de pintura, ni una reliquia medieval: expertos en la Sábana Santa de todo el mundo desmienten las últimas acusaciones de falsedad de la Síndone
«Al menos la mitad de las manchas de la Sábana Santa fueron pintadas con pincel»: así decían los titulares de los principales diarios de todo el mundo a principios de esta semana. El lienzo no es más que «una representación artística del siglo XIV», abundaban.
La noticia parte de un artículo publicado hace cuatro años en la revista para médicos forenses Journal of Forensic Sciences, a cargo de Matteo Borrini y de Luigi Garlaschelli, y que ahora está dando la vuela al mundo. Pero en realidad es «un estudio falso», señala Alfonso Sánchez Hermosilla, médico forense y director del equipo de investigación del Centro Español de Sindonología. «Ninguno de los autores del artículo es médico, uno es psicólogo y el otro es químico. Y ninguno de ellos ha podido acceder a la Sábana Santa; además, aunque hubieran tenido acceso a ella, ninguno tiene conocimientos ni formación como para hacer un estudio riguroso. No saben nada de medicina forense».
La realidad es que los autores del artículo realizaron un experimento con un maniquí, sobre el que aplicaron algunas bolsas de sangre y estudiaron su recorrido por el material plástico; al compararlo con las manchas que aparecen en la Síndone, concluyeron que su rastro no coincide con el que habría tenido que dejar la sangre en una persona torturada primero y en acostada después.
«La persona que aparece en la Sábana Santa ni era una persona viva, ni era un maniquí. Era un cadáver, y reproducir el mismo maltrato físico y las mismas condiciones en las que se plasmaron las manchas de sangre es algo muy difícil. Siempre habrá algún sesgo distinto en el estudio, porque no se pueden reproducir con la misma exactitud todas las variables», explica Sánchez Hermosilla.
Otro signo de la poca fiabilidad del estudio es que sus autores usaron una bolsa de sangre extraída de una persona viva, que además contiene anticoagulantes, lo que hace que corra de manera muy fluida. «Esa sangre no puede tener la misma densidad que la de un cadáver, es imposible. Estas personas han partido de la hipótesis de inicio de que la Sábana Santa es falsa, y han querido demostrarla con un método cuyas conclusiones no son rigurosas», denuncia el director del equipo de investigación del CES.
Además, «no hay una línea de razonamiento ni justificación científica para decir que son manchas de pintura del siglo XIV, simplemente porque ellos no han tenido el acceso para poder estudiar la Síndone. No tienen ninguna muestra de ella como para poder concluir que es pintura», concluye.
En esta misma línea, el vicedirector del Centro Internacional de Sindonología, el físico Paolo Di Lazzaro, confirma en declaraciones a Vatican Insider que, «antes de sacar conclusiones, un científico serio debe tener en cuenta los límites de los experimentos, parámetros desconocidos y, sobre todo, la configuración diferente de la piel y de la sangre del hombre deshidratado, herido y golpeado que vemos en la Síndone».
Por su parte, una de las mayores expertas mundiales en este tema, la italiana Emanuela Marinelli, señala a Rome Reports que «es absurdo hacer estas pruebas empleando un maniquí como el que hay en cualquier tienda y sin tener en cuenta el peso de un cuerpo humano y las heridas reales de los clavos». Por eso argumenta que el estudio en cuestión «no es una cosa seria. No es en absoluto comparable a las investigaciones científicas hechas por quienes han estudiado la Síndone de verdad. Estos dos señores, los autores de este estudio, no han visto la Síndone de cerca nunca, y seguramente de lejos tampoco».