La metáfora del tren da mucho juego. ¿Qué es la vida sino un apasionante viaje por vías, a veces estrechas y por otras de alta velocidad? ¿Qué somos nosotros sino ese homo viator, ese ser viajero (o más bien peregrino) que rezaba el tópico literario? Viajar en tren es un programa que le viene como anillo al dedo a La 2 de TVE. Con un aire inequívocamente documental, nos permite recorrer vías del mundo, visitando países de la mano de un tren que no nos conviene perder, porque es tan fascinante descubrir ferrocarriles que están casi en vías de extinción como rincones del mundo que piden a gritos no ser visitados únicamente como territorios turísticos. Maravilloso, por ejemplo y por poner un botón de muestra, el programa que transcurre entre la nieve, que parte de la ciudad de Lauterbrunnen (Suiza) y que nos sube en los vagones del tren cremallera más largo del mundo. Lanzado allá por el año 1996 (Rail Away), el programa es de producción neerlandesa y, aunque el doblaje es bueno, esa distancia siempre hace que nos cueste algo más entrar en el viaje que se nos propone. Luego hay que reconocer, sin embargo, que lo compensa con creces la belleza estética de la realización. En La 2 se está emitiendo ya la tercera temporada y, en episodios de apenas 25 minutos, se pueden disfrutar a la carta en la web de RTVE Play. En la programación convencional suelen estar ubicados a diario, en las tardes, a eso de las 19:00 horas, aunque es más difícil seguirles la pista porque muchas veces emiten dos programas seguidos, otras los encontramos a las 4:40 horas de la madrugada y otras sufren los vaivenes de la programación y saltan por los aires de la parrilla.
Cada programa comienza con un recorrido por la ciudad donde para el tren. Por su perspectiva histórico-cultural y por su duración, son programas muy interesantes para utilizarlos en las aulas y despertar en los alumnos el gusto por el viaje reposado, alejado del vértigo de las prisas, los lugares trillados y las muchedumbres.