«Mi intención es seguir pisando mucha calle y estar presente en las realidades de la vida de la gente» - Alfa y Omega

«Mi intención es seguir pisando mucha calle y estar presente en las realidades de la vida de la gente»

Carlos Osoro quiere «seguir pisando calle, visitando comunidades, estando presente en la vida de la gente» en Madrid, aunque como cardenal es consciente de que le esperan nuevas tareas. De 2016 se queda con el Año de la Misericordia y con el nuevo modo de acercarse a los hombres que propone la exhortación Amoris laetitia. Al año nuevo le pide que «Dios nos amplíe el corazón y la mirada para no poner límites a la acogida de la gente»

Fran Otero
El cardenal Osoro recibe el birrete de manos del Papa Francisco el pasado 19 de noviembre
El cardenal Osoro recibe el birrete de manos del Papa Francisco el pasado 19 de noviembre. Foto: Osservatore Romano.

En 2016 Madrid volvió a ser sede cardenalicia después de que al Papa Francisco eligiera a su arzobispo, Carlos Osoro, para estar entre sus máximos colaboradores. La designación se culminó con la imposición del birrete cardenalicio el pasado 19 de noviembre en la basílica de San Pedro, un reconocimiento del Pontífice a una archidiócesis importante en nuestro país y a un arzobispo con un estilo pastoral que representa esa Iglesia en salida que continuamente pide el Papa. Con esta confianza y reconocimiento, el purpurado madrileño tiene claro que esa debe ser su línea. «A lo mejor ahora el Papa me pide más cosas, pero mi intención es seguir pisando mucha calle mientras Dios me dé salud, seguir visitando las comunidades y seguir estando presente en las realidades de la vida de la gente», reconocía en una entrevista en Alfa y Omega tras conocer su nombramiento a principios de octubre.

Ahora que termina el año, dedica unos minutos a este semanario para hacer balance de 2016. ¿Con qué se queda? «Con el Año de la Misericordia», responde sin vacilar. «Ha sido un revulsivo para cada uno de los cristianos, que ha llevado la propuesta de Dios a hombre y mujeres que estaban lejos de la Iglesia y, por supuesto, lejos del conocimiento de Dios. Y que también nos ha llevado a descubrir una manera de entender la vida y de vivir junto a los demás que no es otra que regalar el amor que reconduce la vida, que abre horizontes y que descubre que la misericordia es la vía central de la Iglesia, pero que también lo es de las relaciones humanas».

Desde la experiencia vivida en Madrid, el cardenal Osoro asegura que el Jubileo ha afectado al corazón y a la vida de todos los que forman parte de la Iglesia, del mismo modo que lo ha hecho en aquellos que «han descubierto que la Iglesia tiene un rostro, el de Jesús, que es un rostro de acogida, de cercanía, de perdón, que no es de una especie de buenismo que algunos intentan ver, sino del cariño de un Dios que se abaja y nos sorprende».

El otro gran acontecimiento eclesial sobre el que preguntamos al cardenal Osoro es la exhortación apostólica Amoris laetitia, que define como «un documento de una belleza especial». Y añade: «No dice nada distinto a lo que la Iglesia ha mantenido sobre el matrimonio. Dice lo mismo pero, ciertamente, nos acerca a todas las situaciones que viven los hombres y que, a veces, provocan sufrimientos. Es un documento que nos dice que tenemos que acercarnos a esas situaciones porque a ellas se acercó Jesucristo». En su opinión, la Amoris laetitia tiene «tal pasión por regalar el rostro verdadero de la unión entre el hombre y la mujer, de lo que es generar vidas nuevas, y tal fuerza, que no ha dejado indiferente a nadie», al tiempo que insiste que la doctrina no es nueva y que sí lo es «la manera en que nos dispone a acercarnos a los hombres».

Ahora que se acerca el nuevo año, el arzobispo pide a Dios que «se amplíe el corazón y la mirada de todos, para no poner límites a la acogida de la gente, pues esos límites no son de Dios». «Debemos ver como hermanos a todos los que encontramos en nuestro camino, lo cual no quiere decir que no piense como ellos. Porque si los siento y percibo como hermanos, me sentaré y encontraré con ellos, aunque algunos, en un principio, no quieran», añade.