Una «Olimpiada escolar de Resurrección» con arte, deporte, oración y ayuda para Cáritas
«¿Qué sentido tiene prepararnos durante 40 días antes de la Pascua y no celebrar después la resurrección?». Esa pregunta es la que se hicieron en los tres colegios del Grupo Chesterton en Madrid, y por eso han organizado una «Olimpiada de la Resurrección», en la que alumnos, profesores y padres han participado en actividades deportivas, artísticas y musicales, en la celebración de la Eucaristía y en una gran recogida de alimentos para Cáritas
«Igual que el año 776 a. de C. se reunieron las distintas polis griegas en torno al mayor santuario dedicado a Zeus en la Villa de Olimpia para celebrar sus primeras Olimpiadas, nosotros nos reunimos en torno a la Pascua de Resurrección de Jesucristo para celebrar algo mucho más grande e importante: que Cristo ha Resucitado». Así explica Juan Antonio Perteguer, director del colegio Edith Stein, la idea de la que han nacido las primeras Olimpiadas de la Resurrección que, justo después de la Semana Santa, han celebrado los tres colegios que el Grupo Chesterton tiene en la Comunidad de Madrid: Edith Stein, Chesterton (en Meco) y Pasteur (en Arroyomolinos).
Más de 2.000 personas, entre alumnos, padres y profesores participaron el pasado martes en la Olimpiada, que tuvo como escenario el centro Edith Stein, y en la que los estudiantes participaron en actividades deportivas, culturales, musicales y solidarias «para celebrar la Pascua de Resurrección en la escuela» porque «si nos hemos estado preparando durante 40 días en la Cuaresma ha sido para vivir ahora al máximo la alegría de la Pascua», cuenta Perteguer. Una alegría evidente y manifiesta, que envolvió tan singular jornada escolar de principio a fin: «Empezamos con un chocolate con churros al que invitamos a todas las familias. Al final vinieron más de 500 familias (padres, madres y abuelos), que disfrutaron después de un concierto de piano que impartió Sergio, un alumno de 3º de la ESO, y visitaron la exposición que antes de las vacaciones habían preparado los alumnos. Y luego participamos todos juntos en lo más importante: la Santa Misa Pascual», cuenta Perteguer.
La caridad nace de la alegría
Tras la Eucaristía comenzaron las Olimpiadas, en las que no faltó ni la antorcha olímpica del COI, ni el pebetero, ni los premios. Aunque el premio gordo se lo llevaron otros: «Cuando proyectamos la Olimpiada, hablamos con la delegación de Cáritas de nuestra Vicaría para saber qué es lo que necesitaban en esta época del año. Ellos nos dieron unas pistas, y nosotros se lo trasladamos a las familias en una Carta, antes de la Semana Santa. Por eso, todas los alumnos y sus familias trajeron a la Olimpiada alimentos no perecederos y productos de primera necesidad, que hemos entregado a las familias más necesitadas de la zona a través de Cáritas. Porque la Resurrección de Cristo nos invita no sólo a ser solidarios, sino a vivir y a compartir la verdadera caridad», cuenta el director del Edith Stein.
Así, los campeonatos de fútbol, atletismo, ping-pong, lanzamiento de peso, velocidad, salto de altura, judo y patinaje; los conciertos de piano, los murales educativos, la música en directo, el concurso fotográfico, el cine forum, los talleres de plástica y modelado, la exposición de trabajos de tecnología y biología, el espacio de experimentos científicos; la comida especial para los alumnos, los espectáculos de magia, y la recogida de alimentos para Cáritas se vieron envueltos en una música especial, que no fue la del himno olímpico, sino el grito de entusiasmo y alegría que nace de la Pascua: ¡Cristo ha resucitado! (y los alumnos del Chesterton, del Pasteur y del Edith Stein dan fe de ello…).