Un experto ve «trascendental» que la Santa Sede participe en la negociación sobre Ucrania
Moisés Ruiz, profesor de Liderazgo y Comunicación en la Universidad Europea, cree que también «sería muy positivo» que León XIV se encontrara con el patriarca de Moscú
Si un tema ha sido central en el inicio del pontificado del Papa León XIV es la paz. Se ha visto en sus palabras y gestos. Y se ha manifestado en particular en sus continuas alusiones a Ucrania; en su encuentro del lunes (y la llamada previa) con su presidente, Volodímir Zelenski, así como con el primado grecocatólico del país y con el cardenal Matteo Zuppi —a quien su predecesor encomendó una misión para la paz en el país eslavo—. También al ofrecer la Santa Sede para «los enemigos se encuentren y se miren a los ojos».
«Estos movimientos demuestran que León XIV tiene ganas de influir especialmente en el conflicto en Ucrania», asegura a Alfa y Omega Moisés Ruiz, profesor de Liderazgo y Comunicación en la Universidad Europea. Considera «muy positivo el apoyo que está dando de manera directa al pueblo ucraniano y a la paz».
«Hay continuidad con Francisco», en el sentido de que «no nos extraña lo que está haciendo», aclara el experto. Pero cree que también «va a marcar una línea personal». Ruiz destaca que «a este Papa, ya sea porque es estadounidense o por la humildad que ha transmitido en sus primeros días, el entorno político y social le está entregando una gran confianza». Y la «tiene que aprovechar para mediar e influir en la consecución de la paz en buenas condiciones para los habitantes de Ucrania».
En esta línea, considera que se pueden abrir nuevos horizontes. Uno «trascendental» sería que la Santa Sede «fuera partícipe de esa mediación pacífica». Apunta incluso a que «tuviera un asiento en las futuras negociaciones de paz».
—¿Ve factible que el Vaticano opte por una vía tan política, por así decir?
—De alguna manera ya está participando. Cuando el Santo Padre recibe a Zelenski y le da ese trato de favor, sabiendo que hay mucha prensa pendiente, creo que está tomando una posición de primera línea. No se está escondiendo, no está siendo ambiguo y tibio. Quiere enviar un mensaje con toda transparencia al mundo entero: que Ucrania es un país ocupado, que este conflicto tiene que acabar y que Ucrania tiene derecho a sus reclamaciones en un proceso de paz, no debe solo agachar la cabeza y aceptar todo lo que venga de Rusia.
Al mismo tiempo, el profesor de Liderazgo y Comunicación de la Universidad Europea está convencido de que «en la agenda del Pontífice está el acercamiento a la Iglesia ortodoxa rusa», a pesar de la alineación del Patriarcado de Moscú con Putin. «Sería muy positivo que hubiera una reunión con el patriarca Cirilo, que ayudara a destensar algunas posiciones».
Más allá de las razones de humanitarias para poner fin al conflicto, Ruiz valora que esta apuesta de León XIV por una paz justa en Ucrania sirve para «situar a la Iglesia como protagonista de los acontecimientos y de la reordenación geopolítica que se está produciendo». Para que esta institución conserve su rol en el mundo actual, «tiene que hacerse útil para la sociedad. Una manera es hacerse partícipe de la resolución de un conflicto que a todos nos toca por lo deleznable de su origen y su continuidad».