Triana y su Esperanza: una historia de amor de más de seis siglos - Alfa y Omega

Triana y su Esperanza: una historia de amor de más de seis siglos

Seis siglos de amor y devoción por la Virgen María. Seis siglos de entrega plena de un barrio hacia la advocación más bonita de todas las que existen en el mundo: la Esperanza. Una efeméride que desde la Santa Sede se conmemora con la concesión de un Año Jubilar

José Luis Bonaño
Un devoto mira a la Virgen de la Esperanza durante el besamanos. Foto: Pepe Ortega

Cuenta la leyenda que en el barrio sevillano de Triana existe una calle donde cada azulejo que engalana sus acicaladas fachadas, cada esquina que sobresale de sus adornados balcones, o cada adoquín que conforma cada una de sus muchas arterias, huele sencillamente a Esperanza. Porque, en dicha calle, que lleva por nombre Pureza, habita Dios y su bendita Madre.

Un lugar de entrega. De amor. Un lugar con sabor a familia, azahar y humildad que recibe cada mañana el abrazo del Guadalquivir y la visita diaria de un barrio que lleva la fe por bandera.

Porque la devoción que tienen hacia el vecino más ilustre de la calle Pureza y a su bendita Madre viene de mucho tiempo atrás, concretamente, desde hace seis siglos. Desde que la hermandad se estableciera en la parroquia de Santa Ana en 1418 –parroquia que tuvo que abandonar en 1755 por culpa del terremoto de Lisboa–, han sido muchos los fieles y devotos que han rezado, vibrado y soñado con sus titulares.

Una hermandad que tiene su origen en el humilde gremio de los ceramistas –siendo actualmente la más antigua de Triana y una de las más antiguas de Sevilla– y que con el paso de los siglos se ha convertido en una referencia dentro y fuera de la Semana Santa de Sevilla, tanto por su compostura durante la estación de penitencia como por su profundo trabajo de caridad. Un crecimiento que no hubiera sido posible sin el trabajo anónimo y desinteresado de los vecinos de su barrio y el apoyo de los grandes artistas de Sevilla, que siempre han intentado reflejar en sus trabajos la idiosincrasia de la propia hermandad.

Siempre con la Esperanza

Lo que es innegable es que la figura de la Virgen María, en su advocación de la Esperanza, siempre ha estado arraigada en la historia del barrio de Triana. Una imagen que con el amor de sus vecinos y la devoción de sus fieles ha conseguido traspasar la frontera de lo universal. Desde la orilla del Guadalquivir, la Esperanza de Triana se ha convertido en una de las grandes devociones del mundo entero.

La Esperanza de Triana entronizada en su paso de palio durante la madrugada del Viernes Santo. Foto: Jesús Spinola

Un hecho que queda demostrado no solo en cada una de las madrugadas del Viernes Santo, donde la cofradía realiza su estación de penitencia y se convierte en el centro de las miradas de miles de personas que en peregrinaje viajan hasta Sevilla para contemplar el transcurso de la propia cofradía, sino que también se puede observar en las diferentes imágenes y hermandades que se encuentran repartidas por todo el mundo –la última en crearse y en inspirarse en la hermandad trianera ha sido la hermandad de las Tres Caídas de Madrid– y que tienen por inspiración directa a la Virgen de la Esperanza.

Señales que muestran que la advocación trianera despierta los sentimientos de todos los que se dan cita en la capilla de los Marineros para formar parte de los diferentes actos y cultos internos que se realizan a lo largo del resto del año.

2018, Año Jubilar

Seis siglos de amor puro que han sido reconocidos por la Santa Sede, siendo esta la encargada de conceder a la hermandad esta conmemoración. Un Año Jubilar que comenzó el pasado 2 de diciembre con una Eucaristía presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, y que finalizará el próximo 18 de diciembre.

La hermandad ha diseñado una programación de actividades y actos muy extensa que tratarán de perseguir un objetivo: «Acercar a los fieles a Dios por medio de los sacramentos, de la escucha de la Palabra, del encuentro festivo con los hermanos y del ejercicio de la caridad», aseguran desde la hermandad.

Entre dichos actos se podría encontrar una posible salida extraordinaria de la Virgen de la Esperanza. La intención de la Junta de Gobierno que preside Alfonso de Julios sería la de celebrar una Misa Pontifical de acción de gracias por el aniversario de la corporación que fuera presidida por monseñor Asenjo y que fuera acompañada de la salida de la imagen.

La Virgen en una imagen del siglo pasado. Foto: Hermandad Sacramental Esperanza de Triana

Un acto que, de llegar a concretarse, volvería a poner en manifiesto la grandeza de la figura de la Virgen María, en su advocación de la Esperanza y la grandeza de un barrio que hace gala de la fe de sus mayores, cerrando así un año de ensueño para la hermandad. A pesar de ello, en el seno de la cofradía se tiene claro que la salida extraordinaria no es lo primordial y se quiere recordar que «la mayor gracia a obtener durante la celebración de un Año Jubilar es el don de la indulgencia plenaria», que obtendrían todos aquellos que peregrinen a esta capilla de los Marineros y cumplan con las condiciones habituales (confesión, Eucaristía y oración por las intenciones del Papa).

Unidos en la fe, caminamos en la Esperanza

La hermandad, con el fin de facilitar la peregrinación a todos grupos, hermandades, asociaciones, instituciones, colegios o agrupaciones que lo deseen, ha habilitado un correo electrónico (jubileo@esperanza-de-triana.es) para contribuir a una mejor organización.

Un marco fraterno en el que se demuestra que la hermandad no quiere el jubileo sea algo exclusivo de la Esperanza, sino algo que englobe y cuente también con el resto de hermandades, fieles y devotos. Un clima de universalidad que se desarrollará con el lema Unidos en la fe, caminamos en la Esperanza.

De acuerdo con la hermandad, «resume el carácter del Año Jubilar: la unidad de la hermandad en torno a la fe que profesamos a la herencia devocional de quienes nos precedieron en estos seis siglos, por la que caminamos hacia la Esperanza y hacia Cristo».

Nazarenos de la cofradía trianera durante su estación de penitencia. Foto: Jesús Spinola