Todos los obispos chilenos presentan su renuncia ante el Papa Francisco por los casos de abusos
«Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros», se lee en el comunicado. Con esta decisión, los obispos chilenos dicen querer «restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado», para «reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo»
Todos los obispos chilenos presentaron su renuncia ante el Papa por los casos de abusos, después de haberse reunido con él durante tres días en el Vaticano, anunciaron en una nota conjunta este viernes 18 de mayo.
«Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros», se lee en el comunicado.
Con esta decisión, inédita en la historia de la Iglesia, los obispos chilenos dicen querer «restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado», para «reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo».
La noticia, de inmediato, ha dado la vuelta al mundo. Y ante ella han reaccionado con satisfacción las víctimas de abusos chilenas: «Obispos chilenos TODOS renunciados. Inédito y bien. Esto cambia las cosas para siempre», ha dicho Juan Carlos Cruz en Twitter.
Más crítica ha sido otra de las víctimas, José Andrés Murillo, que se ha expresado en estos términos tras la renuncia de los 34 obispos chilenos: «Por dignidad, justicia y verdad: váyanse todos los obispos. Delincuentes. No supieron proteger a los más débiles, los expusieron a abusos y luego impidieron justicia. Por eso, solo merecen irse».
Ambos, junto con James Hamilton se reunieron en el Vaticano hace algunas semanas con el Papa, que les pidió perdón y llegó a admitir: «Yo fui parte del problema, causé esto y me disculpo antes vosotros».
Los principales destinatarios del comunicado eran precisamente ellos, las víctimas en general, a los que los prelados han pedido «perdón por el dolor causado». También han perdido perdón «al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones».
Agradecimiento
En el comunicado, los prelados se muestran agradecidos con el Papa Francisco «por su escucha de padre y su corrección fraterna» y por haber auspiciado este «hito dentro de un proceso de cambio profundo».
Los obispos también dan las gracias a monseñor Scicluna y a Jordi Bertomeu, enviados del Papa a Chile para escuchar el testimonio de las víctimas y elaborar un informe, «por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país».
«Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas».
En primer lugar, agradecemos al Papa Francisco por su escucha de padre y su corrección fraterna. Pero especialmente, queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones.
Gracias también a Mons. Scicluna y al Rev. Jordi Bertomeu por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país.
Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas.
En segundo lugar, queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros.
Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo.
Queremos que el rostro del Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino.
Siguiendo la recomendación del Santo Padre imploramos a Dios que en estas difíciles y esperanzadoras horas, nuestra Iglesia sea protegida por el Señor y la Virgen del Carmen.