Sin el cristianismo, Chile sería incomprensible
Este libro aborda la epopeya gloriosa de la evangelización de Chile en un período que, con notable originalidad, el autor ha definido La Edad Media de Chile. Fue un inmenso empeño histórico, en el que el papel primordial correspondió a la Iglesia en España







El libro se titula La Edad Media de Chile, y lleva como subtítulo: Historia de la Iglesia. Desde la fundación de Santiago, a la incorporación de Chiloé. 1541-1826. Ha sido editado por la Fundación CorpArtes y por la Corporación del Patrimonio Religioso y Cultural de Chile. Está dedicado a la memoria del cardenal Raúl Silva Enríquez, y su autor es el benedictino padre Gabriel Guarda, abad emérito del monasterio de la Santísima Trinidad de Las Condes (Santiago de Chile). El padre Guarda es una figura muy conocida y respetada en la historiografía hispanoamericana, miembro de número de la Academia de la Historia del Instituto de Chile y Premio Nacional de Historia en 1984. El Papa Juan Pablo II lo nombró, en 1999, miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, y actualmente preside la Comisión Nacional de Chile para los Bienes culturales de la Iglesia.
Espléndidamente editado en gran formato y con láminas a todo color, su autor cuenta, en este medio millar de páginas, nada menos que la historia de una Cristiandad. Bajo el título La primera evangelización, escribe: «Es necesario recordar que, en la época que tratamos, la Cristiandad indiana fue dividida en dos repúblicas, la de los naturales, o de los indios, y la de los españoles. Consecuentemente, en el plano pastoral no se podía tratar igual a unos y a otros, y así lo acordaron las autoridades españolas en diversas juntas, lo abordaron los sínodos y la práctica misional. La distinción partía de un concepto bíblico que favorecía de manera especial a quienes se iniciaban en la fe». Momento sumamente atractivo en la historia de esta Iglesia es el primer encuentro del cristiano español con el indígena, antes del recurso a los niños intérpretes que hicieron de puente en las primeras comunicaciones, antes de la publicación de los primeros vocabularios o de que los jesuitas recurrieran a palillos y piedrecillas para enseñar a rezar a los niños indígenas, antes de que ya en aquellos siglos, y a falta de sacerdotes, se recurriera a los seglares. No fueron los hijos de san Ignacio los únicos cultivadores de las lenguas indígenas: el Provincial de los franciscanos, fray Juan de Vega, había sido autor de una gramática quechua, compuesta en 1590. Luego vendrían las Encomiendas, la segunda evangelización después de Trento (en 1585 la diócesis de Santiago tiene 37 doctrinas, 30 servidas por el clero secular y 7 por religiosos).
Es ésta una prodigiosa y maravillosa historia, hecha de fe, servicio y dedicación plena, de heroicos misioneros y de vasos comunicantes, con millones de fecundos maravedís invertidos y con la entrega de vidas humanas en nombre de la fe, de la esperanza y de la caridad, para la creación de pueblos de indios.
La República de los naturales, La República de los españoles, Los Obispados, El clero, Las Órdenes religiosas, Los monasterios de monjas, El laicado, La celebración, La cultura, La Ilustración, El régimen de cristiandad, La Iglesia durante el proceso de independencia, Los bienes de la Iglesia, Los centros de evangelización, Las obras de misericordia son los títulos de los capítulos que componen esta obra monumental, abundantemente complementada por interesantes apéndices y por una exhaustiva bibliografía. Por algo los más lúcidos conocedores de la realidad de lo que supuso la evangelización de América, como Julián Marías, escribieron: «Al hablar de España, hay que ocuparse esencial y no marginalmente de América, porque América fue, sigue siendo y será siempre un ingrediente esencial de España; sin ella España sería ininteligible». Esta obra demuestra que, sin el cristianismo, Chile, como toda Hispanoamérica, sería incomprensible. Exactamente igual que España.
Hoy jueves, 3 de mayo, a las 19:30 horas, en el Salón de Actos de la Fundación Universitaria Española, en Madrid (calle de Alcalá, 93), será presentada esta obra por el propio autor, padre Gabriel Guarda, y asimismo intervendrán don Miguel Ángel Velasco, director de Alfa y Omega, y don Jaime Antúnez, director de la revista Humanitas, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.