Sevilla intentará paliar los recortes al desarrollo - Alfa y Omega

Sevilla intentará paliar los recortes al desarrollo

Tras dos décadas de poco crecimiento, las ayudas del primer mundo a países pobres se pueden reducir en un tercio para 2026 y causar millones de muertes

María Martínez López
La ONG católica CRS ya no podrá seguir distribuyendo en Etiopía trigo obtenido gracias a USAID
La ONG católica CRS ya no podrá seguir distribuyendo en Etiopía trigo obtenido gracias a USAID. Foto: CNS.

El Jubileo del 2000 es el germen de la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo en la que la ONU reunirá la semana que viene en Sevilla a 10.000 delegados de 192 países; precisamente durante otro año santo. Lo asegura Pedro José Gómez, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid. En el cambio de milenio, «un conjunto de entidades sociales con mucha presencia de cristianos» apostaron con fuerza —con apoyo del Papa Juan Pablo II— por la condonación de la deuda a los países en desarrollo. Ese movimiento no solo llevó al perdón de 34.000 millones de dólares a 23 países, sino a la convocatoria en 2002, en Monterrey (México) de la primera de estas citas para abordar «de modo más amplio cuántos recursos financieros necesitan estos países para afrontar sus principales desafíos».

Hoy, para lograr los objetivos de desarrollo sostenible se necesitan entre 2,7 y 4,5 billones de dólares, entre diez y 20 veces la ayuda al desarrollo actual. Eso no implica que haya que multiplicarla tanto, aclara Gómez. La cifra señala lo que tendrían que sumar distintos tipos de recursos: además de ella, «inversiones privadas, créditos de los bancos, otras ayudas, las remesas de los emigrantes» y los recursos liberados condonando deuda.

«La conferencia de Sevilla pretende potenciar todos estos mecanismos», explica el profesor de la UCM. Esto pasa, por ejemplo, por «mejorar los sistemas tributarios de estos países, que apenas pueden recaudar fondos», también «porque hay mucha economía informal»; o por conseguir que las empresas que explotan sus recursos paguen parte de sus impuestos allí. También «luchar contra los paraísos fiscales», donde termina mucho dinero de las naciones empobrecidas.

Claves
  • Malaria: Las interrupciones en el suministro de medios por los recortes de EE. UU. podrían causar 15 millones de casos más y 107.000 muertes solo este año, según la OMS.
  • Tigray. 2,5 millones de desplazados y habitantes de esta región etíope marcada por la guerra dependen de la ayuda humanitaria. Con USAID desapareció el 80 % de fondos que la hacían posible.
  • Cáritas. La organización financia muchos de sus proyectos gracias a organismos internacionales. En Jordania, los recortes de USAID la han privado del 70 % de fondos que recibían de ACNUR.
  • Entidades de Iglesia organizan tres eventos paralelos oficiales: el 30 de junio a las 12:30 y el 3 de julio a las 8:30 en la sede oficial; y el día 30 a las 20:30 en la Facultad de Teología.
  • Este jueves a las 20:30 horas el arzobispo presidirá una vigilia de oración en la catedral. El domingo a las 19:30 horas se convoca a la gran marcha de la sociedad civil.

Sin embargo, advierte, esta cita se empezó a gestar «en un contexto optimista de estabilidad económica y cooperación internacional» muy distinto al actual, en el que la tendencia es marcadamente contraria. Si entre 2000 y 2023 la ayuda oficial al desarrollo creció «de forma muy modesta en términos relativos» y seguía en torno a un promedio del 0,33 % del PIB de los países —lejos del célebre 0,7 %—, ahora esos fondos están cayendo.

El cambio arrancó en 2023 y 2024 de forma generalizada en el primer mundo. Tras la pandemia, que ya «supuso un aumento de la deuda pública», la guerra de Ucrania no solo implicó para la UE un nuevo desembolso: llevó a pensar en aumentar el gasto militar, primero hasta un 2 % y luego hasta el 5 % del PIB, como se esperaba acordar en la cumbre de la OTAN de esta semana. Con este salto, que equivale al 15 % del presupuesto, «es imposible mantener la estabilidad presupuestaria». En previsión, se empezó a reducir la ayuda al desarrollo. Seguirá bajando. Tras la reciente cumbre del G7, Oxfam ha denunciado que sus miembros, que aportan tres cuartos de la ayuda oficial al desarrollo, pretenden recortarla un 28 % para 2026 respecto a 2024.

Hablan los expertos del Papa

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y el exministro de Economía de Argentina Martín Guzmán protagonizarán uno de los eventos paralelos oficiales organizados por entidades de la Iglesia para la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo. El 3 de julio a las 8:30 horas, en la sede oficial, darán a conocer el informe que presentó la semana pasada en el Vaticano la Comisión Jubilar creada por Francisco con 30 expertos bajo la batuta de ambos. El documento denuncia que «en el conjunto del mundo en desarrollo la carga promedio de los intereses casi se ha duplicado en la última década». Esta crisis de deuda «está alimentando una crisis de desarrollo». Por ello, pide «medidas decisivas y reformas estructurales» como «mejorar la reestructuración de la deuda», «poner fin a los rescates a acreedores privados», «reforzar las políticas internas» de los países en vías de desarrollo y crear «líneas de financiación que promuevan el crecimiento a largo plazo».

«La puntilla la ha dado Donald Trump al desmantelar USAID», su agencia de ayuda al desarrollo y «la más grande del mundo: suponía más del 30 % del total global», subraya Gómez. Desde enero son incesantes las noticias sobre el impacto de esta decisión, que según Oxfam podría causar tres millones de muertos al año. Ante este panorama, Gómez se muestra escéptico respecto al alcance de la conferencia de Sevilla. El borrador del compromiso final, aprobado la semana pasada, «es un documento de buenas intenciones» muy «optimista» y que «aborda temas relevantes. Pero el grado de concreción es mínimo: no hay una sola cifra, meta o plazo; ni será vinculante».

Eso no le impide intervenir el viernes en uno de los varios actos —incluidos tres eventos paralelos oficiales— que Enlázate por la Justicia, la CEE y la archidiócesis sevillana convocan hasta el 1 de julio para influir en la conferencia. La cita es «indudablemente necesaria», justifica; y, aunque mejorable, el contenido del compromiso final «puede orientar el comportamiento de los países más sensibles». La gran apuesta de la Iglesia, en la línea marcada por Francisco, es la cancelación o reestructuración de la deuda o canjearla por inversiones en servicios básicos, además de una mejor regulación de los mecanismos de endeudamiento para que no perjudiquen a los países pobres.