Serena Apocalipsis. ¿Quiénes somos cuando nos arrebatan los atributos? - Alfa y Omega

Un parque. Afuera acechan jabalidogs (el resultado de algo más que caricias entre jabalí y perro). Dentro oscuridad y siete personas que sobreviven como pueden en un ambiente donde apenas quedan víveres, custodiados por Amanda, una especie de líder manipulador que controla a costa del miedo; pero no hacia ella —qué va—, sino miedo a lo desconocido, a lo que hay fuera del parque.

Serena Apocalipsis —ya les adelanto— es una obra dura. Ciertamente el título es bastante premonitorio. Van a presenciar el Apocalipsis del siglo XXI, quizá más cerca de lo que se imaginan; por qué no. En un mundo donde la crisis ha golpeado muy fuerte y por fuerte quiero decir: «Yo era un abogado, tenía una mujer, primero me despidieron a mí, luego le despidieron a ella, nos fuimos a vivir con sus padres hasta que me echaron de su casa…», ¿les suena, verdad? El caso es que la obra es una bofetada a nuestra aparente tranquilidad. Habla del poder, de las apariencias, del miedo como arma de poder. Habla de un futuro (no sé si inmediato o no) de lo que puede llegar a suceder en una sociedad como la nuestra, a personas como nosotros, con nuestros trabajos, nuestras vidas y comodidades.

Qué sucede cuando se pierde todo y hasta dónde estamos dispuestos a llegar cuando nos acecha el hambre. ¿Somos los de antes cuando ya no poseemos nada? ¿Qué es en realidad lo que nos conforma? ¿El miedo nos paraliza o nos libera? De esto y de mucho más habla la obra de Verónica Fernández que con tintes de ciencia ficción nos sumerge en una atmósfera agobiante donde lo que está en tela de juego es la identidad de cada uno. ¿Podremos seguir siendo nosotros si nos quitan el futuro?

Tomen aire. Si bien todavía están contestando a esta pregunta ahí les lanzo otra: ¿Podremos seguir siendo nosotros si nos arrebatan el presente? Del pasado ya ni hablo. Entre los personajes, Rana y Camino, dos jóvenes que han nacido en la época de la pauperización, no saben qué es eso del pasado. Ellas desconocen otra forma de vivir. No tienen recuerdos diferentes a su presente lo que de alguna manera justifica su desprecio hacia la líder y su defensa incondicional ante sus normas, a partes iguales.

Foto: Andrés de Gabriel.

Pero qué decir de los demás, de lo que fueron antes y que se empeñan en recordar para evitar de dejar de ser ellos mismos (curioso mecanismo de identidad: uno necesita soñar-recordar, jugar a representar lo que fueron para no olvidar lo que les conformó y no lo que los construye, aunque más bien, lo que les destruye ahora). Santos, quien fuera un exitoso asesor financiero. Amanda, maestra infantil. Gallego, brillante abogado. Goodnews, inmigrante africano que cruzó el Estrecho en patera, y Alfredo, con un alto cargo en la política. Este último aparece en el parque con su hija a cuestas y cuenta lo que hay fuera de él, les dibuja otro Apocalipsis más amable al otro lado de la verja aunque finalmente se queda al amparo de Amanda. ¿Bajo la premisa de que decidan por ti? No lo sabe ni él…

En una sociedad donde falta la comida, donde el trueque pone precio a las posesiones (un cigarro vale más que un cuchillo) y donde la locura campa a sus anchas; uno es capaz de reconocer lo frágiles que somos. Como frágiles son nuestras seguridades y nuestro presente. Verónica Fernández lo sabe y nos hace una llamada de atención. De sobra conocida como guionista y escritora, llega de la mano de Antonio C. Guijosa como director de la pieza enmarcada en el ciclo de Escritos en escena, un modelo de escritura dramática a pie de escenario viable y apta para ser exhibida, susceptible de prorrogar su vida y desarrollo en otros ámbitos. Tomen nota.

Magnífica dirección y mejor interpretación. No olviden estos nombres: Quique Fernández, Lucía Fuengallego, Fael García, Elena González, Alberto Iglesias, Esosa Omo y Almudena Ramos. Muchas gracias.

A seguir creciendo. A seguir disfrutando.

Serena Apocalipsis

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Valle-Inclán. Centro Dramático Nacional

Dirección:

Plaza de Lavapiés, s/n

Metro:

Lavapiés

OBRA FINALIZADA