Santos de la puerta de al lado - Alfa y Omega

El pasado 17 de febrero falleció mi amiga y hermana Isabel Valero a los 64 años, rodeada del amor de su marido, sus hijos y habiendo recibido el consuelo y la gracia de los santos sacramentos.

Nació en el seno de una familia cristiana donde desde muy temprana edad, aprendió el amor a Cristo, a su Madre y a la Iglesia. Casada, con 6 hijos y 21 nietos, su vida y la de su esposo Rafael Morales ha estado siempre ligada a la Iglesia cordobesa, concretamente a la parroquia del Carmen, con el padre Juan Luna. Siendo joven, entró en el Camino Neocatecumenal junto con su marido y con una nutrida comunidad de hermanos. Durante más de 40 años siguieron su itinerario, donde crecieron y ahondaron en la fe, ayudados por sus catequistas, para vivir en humildad, sencillez y alabanza.

Su profundo amor a Cristo ha hecho que durante los últimos ocho años haya estado viviendo la realidad eclesial en una comunidad de Acción Católica, en el Apostolado de la Oración y en el Proyecto de Amor Conyugal. Todo ello le ha permitido proclamar como San Pablo: «He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe». En el proceso de crecimiento de la fe, el padre Jerónimo Fernández, su director espiritual, ha sido una gran ayuda para su vida.

Fruto del amor de Dios en su historia, fue miembro activo del Secretariado de Pastoral Penitenciaria durante más de 30 años. De la mano de sus distintos capellanes, evangelizó al mundo de los internos, no sin dificultades. Isabel supo ver a Cristo entre los privados de libertad, llevando a su vida el mandato de Jesús.

El Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et exultate habla de la santidad de una forma novedosa, los santos de la puerta de al lado. A veces identificamos al santo con gestos heroicos y milagros sorprendentes, hombres y mujeres dedicados totalmente a la oración o al apostolado. Pero el Papa nos ayuda a descubrir la santidad del rostro cotidiano. La fuente de donde mana este modelo de santidad se inspira en las Bienaventuranzas: acogida, paciencia, discernimiento, justicia, solidaridad, perdón, trabajo, humildad, caridad, mansedumbre, misericordia… Esa es muchas veces «la santidad de la puerta de al lado».

Por la misericordia de Dios, Isabel ha sido fiel reflejo de la santidad del Señor, ha sido para muchos que hemos compartido la vida con ella «una santa de la puerta de al lado».

La encomendamos.

Luis Gómez Agost