«Prudencia y confianza»: así trabajará la Iglesia con los jóvenes este verano
La Subcomisión de Juventud de la Conferencia Episcopal Española lanza diez orientaciones para afrontar las actividades con jóvenes de cara a la temporada estival
La Subcomisión de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española ha redactado una pequeña guía de orientaciones para afrontar las actividades con jóvenes de cara a este verano, el segundo de la pandemia.
Después de la última reunión del Consejo Nacional de Juventud de España, que tuvo lugar hace dos semanas en Guadalupe (Cáceres), en la que se trabajó en la renovación del Proyecto Marco de Pastoral con Jóvenes, ahora la subcomisión avanza en una pastoral que ve «necesario reactivar» para «dar un paso hacia adelante y ofrecer las iniciativas que se quedaron a un lado a causa de la pandemia de COVID-19».
En este sentido, aunque «puede que todavía no sea el momento de realizar actividades multitudinarias», sí se puede aprovechar este verano «para interactuar en pequeños grupos, con un espacio más personalizado en el que el joven se sienta más protagonista», señalan.
Para el organismo responsable del trabajo con los jóvenes, «ha quedado demostrado que todo el esfuerzo realizado desde el confinamiento ha dado resultado», lo que unido al hecho de que «la vacunación va avanzando y la curva de la enfermedad comienza a bajar» permite mirar estos meses «con esperanza».
Sin embargo, volver a tener actividades presenciales «no debe hacer que nos olvidemos de todo lo pasado, de esos momentos de angustia y saturación virtual que arrastran los jóvenes», recuerda la Subcomisión de Juventud e Infancia de la CEE, que ve recomendable «propiciar espacios para hablar sobre la pandemia y animar a los jóvenes a expresar dudas y temores», de modo que «integren estos momentos vividos y no los repriman», lo que ayudará a su «maduración personal de la fe».
«Todos estamos deseando volver a encontrarnos y vivir experiencias con los nuestros», prosigue el mensaje, «pero no hay que olvidar que el virus sigue con nosotros y que, aunque nos creamos a salvo, relajar las medidas de seguridad puede ser negativo».
En este sentido, para ser «prudentes», antes de cualquier actividad con jóvenes este verano se debe «conocer la normativa del lugar» según la comunidad autónoma en la que tenga lugar el evento, para saber en qué fase de la desescalada se encuentra y qué protocolos hay que seguir por si se produjera un brote.
En cualquier caso, lo principal es «llenar la mochila de actividades atrayentes», ponerse «al servicio de la comunidad» y tener «mucha confianza en Dios» estos meses estivales.
«Nuestros jóvenes han demostrado que, siguiendo normas como el lavado de manos, la distancia de seguridad o el uso de la mascarilla, pueden seguir formándose y encontrándose», concluye la subcomisión, por lo que si esta concienciación «ha dado tan buenos resultados en otros espacios, más si cabe debe darse en las actividades de verano que realicemos».