Pío XII y el debate sobre salvar a todos - Alfa y Omega

Pío XII y el debate sobre salvar a todos

Nuevos documentos sobre Pacelli subrayan su acogida a judíos y señalan negligencias en la Secretaría de Estado con criminales de guerra

Rodrigo Moreno Quicios
El italiano murió en 1958 y fue Pontífice durante toda la Segunda Guerra Mundial. Foto: ReuTers / Osservatore Romano.

«La Iglesia no tiene miedo de la historia, sino que la ama y quiere amarla más y mejor», declara en Roma Massimo Gargiulo, director del Centro Cardenal Bea de Estudios Judaicos perteneciente a la Pontificia Universidad Gregoriana. Lo hizo el pasado 9 de octubre, en la presentación del congreso Nuevos documentos del Pontificado del Papa Pío XII y su significado para las relaciones judeocristianas, un simposio sobre los 60 millones de páginas reveladas de los archivos secretos vaticanos sobre el Papa Pacelli y su rol durante la Segunda Guerra Mundial. La documentación, vetada durante décadas a los investigadores hasta que el 2 de marzo de 2020 Francisco permitió consultarla, protagoniza ahora varios análisis que prometen «un diálogo entre historiadores y teólogos».

Los documentos vienen de numerosos depósitos desperdigados por los diferentes dicasterios. «Algunos son de la Sección para las Relaciones con los Estados, otros del Dicasterio para las Iglesias Orientales, también de la antigua Congregación para la Doctrina de la Fe (ahora dicasterio) y el Archivo Apostólico Vaticano», explica Suzanne Brown-Fleming. Aunque vive en Washington, viaja a Roma cada mes para consultar la bibliografía vaticana y profundizar en la investigación que realiza para el Museo del Holocausto de los Estados Unidos.

«Se sentía responsable de custodiar los tesoros de 2.000 años de catolicismo»
Suzanne Brown-Fleming
Investigadora

Según la académica, esta documentación, que vio la luz hace tres años y que ahora comienza a conocerse, es tanta que los investigadores podrán tardar entre cinco y 15 años en abordarla toda. Los papeles profundizan en la acogida de Pío XII a los judíos romanos. Según ya dio a conocer el Museo del Holocausto de Roma, un mínimo de 4.300 personas salvaron la vida al esconderse en casas religiosas. Aunque los documentos revelan otras facetas que requieren el contexto de la época para ser entendidas. Por ejemplo, que Pío XII supiera de la existencia de algunos campos de concentración y permaneciera en silencio para garantizar la seguridad de los católicos en Europa. «Creemos que la conferencia puede aclarar qué le motivó», vaticina Brown-Fleming.

La investigadora explica qué otros factores pudieron alimentar la supuesta neutralidad de Pío XII, quien tuvo durante un año a los nazis a las puertas del Vaticano. «Es evidente que se sentía muy responsable de custodiar los tesoros de 2.000 años de catolicismo en la ciudad y en Italia». Brown-Fleming también opina que en aquel periodo existía una falta de sensibilidad hacia los judíos en toda Europa de la que el Vaticano también participó sin saberlo, hasta que en el Concilio Vaticano II se asentó una doctrina firme contra el antisemitismo. Y celebra que durante la guerra «muchos católicos, pese a criarse con esas ideas, pudieron romperlas».

«Para construir relaciones con la comunidad judía hay que hacerlo sobre la verdad»
Étienne Vetö
Obispo auxiliar de Reims

La conferencia también aborda las negligencias de algunos miembros de la Secretaría de Estado que, movidos por la misericordia o haciendo la vista gorda, facilitaron la huida de criminales de guerra, especialmente a Latinoamérica. A menudo dándose el caso de que los mismos funcionarios que salvaron a judíos protegieran a los responsables del exterminio a pesar de conocer sus actos. Uno de los casos más sonados es el de Otto Wächter, austríaco y jefe del Gobierno nazi en Polonia, quien consiguió una identidad falsa vaticana a través del obispo Alois Hudal y terminó sus días en Roma.

«Necesitamos saber lo que pasó, entender las motivaciones y la visión teológica y filosófica de la gente de aquel momento», opina Étienne Vetö, obispo auxiliar de Reims y exdirector del Centro Cardenal Bea de Estudios Judaicos. 80 años después de los acontecimientos, explica que «el conocimiento y la reflexión sobre el Holocausto llevó después a la Iglesia a una mayor profundidad». Y cita la Biblia recordando que «la verdad os hará libres», reconociendo que «no siempre es fácil de acoger, pero hay que entender que nos da la libertad», y que «para construir relaciones con los otros», en este caso la comunidad judía, «hay que hacerlo sobre la verdad».

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