Papa Francisco: para ser curados por Jesús, hay que sentirse «necesitados de salvación»
En el rezo del Angelus de este domingo, el Papa ha advertido contra la muerte de tener el «corazón momificado» y ha celebrado el inicio de las negociaciones de paz entre Etiopía y Eritrea
En el Ángelus del primer domingo de julio, el Papa Francisco expresó que «Jesús es la fuente de vida, que devuelve la vida a aquellos que confían plenamente en él». Y para ello, comentó el Evangelio correspondiente según san Marcos, en el cual el evangelista narra «dos milagros realizados por Jesús», que son descritos casi como una especie de «marcha triunfal hacia la vida»: la vuelta a la vida de la hija de Jairo y la curación de la hemorroísa.
Estos dos milagros, explicó el Santo Padre, tienen como centro «la fe» y muestran «que todos son admitidos en el camino del Señor» y por tanto «nadie debe sentirse como un intruso, una persona abusiva o alguien que no tiene ningún derecho».
El Papa hizo dos preguntas a los fieles presentes: la primera si se sienten necesitados de salvación, «ya sea de cualquier cosa, de cualquier pecado, de cualquier problema». Y, la segunda, si tienen fe en Jesús. Estos son los dos requisitos para ser salvados y para tener acceso a su corazón. Nosotros también estamos llamados, dijo el Papa, a «aprender» y a «imitar» estas palabras que liberan y estas miradas que devuelven, a los que no lo tienen, «el deseo de vivir».
Francisco también habló de la única muerte que hay que temer: «La del corazón endurecido por el mal». «Cuando sentimos que tenemos el corazón momificado, tenemos que sentir miedo», porque esta es «la muerte del corazón». Por último, el Papa aseguró que el pecado, para Jesús, «nunca es la última palabra», porque Él nos ha traído «la infinita misericordia del Padre». E incluso si caemos –concluyó– su voz suave y fuerte nos alcanza y nos da fuerzas para levantarnos.
Buenas noticias desde África
Después de la oración mariana, el Papa ha renovado su oración por Nicaragua y por Siria, donde las fuerzas militares han atacado escuelas y hospitales causando miles de nuevos refugiados. Francisco ha renovado su «llamamiento para que a esta población, ya duramente golpeada durante años, sea ahorrado más sufrimiento». Una situación que «sigue siendo grave –aseguró– especialmente en la provincia de Daraa».
Y en medio de tantos conflictos, Francisco señaló una «buena noticia»: «En estos días, después de 20 años, los gobiernos de Etiopía y Eritrea se han juntado para hablar de paz». Un encuentro –dijo el Papa– «que puede ser descrito como histórico» y con el que espera «que se encienda una luz de esperanza para estos dos países del Cuerno de África y para todo el continente africano».
Día también en el que aseguró sus oraciones por los jóvenes que están desaparecidos desde hace más de una semana en una cueva subterránea en Tailandia y recordó su próximo viaje a la ciudad italiana de Bari (el próximo sábado 7 de julio) con el cual pretende –puntualizó– «vivir un día de oración y reflexión sobre la situación cada vez más dramática de Oriente Medio» e implorar con una sola voz, junto a muchos jefes de Iglesias y comunidades cristianas de Medio Oriente, la paz.