En la celebración para la creación de diecinueve nuevos cardenales, que el Papa Francisco presidió en la basílica de San Pedro, estuvo presente, imprevistamente, Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, al que el Santo Padre saludó y abrazó emocionadamente. La prensa internacional –y no sólo la prensa– ha vuelto hablar estos días de los dos Papas, lo cual es algo más que un recurso periodístico explicable; pero no hay dos Papas. El Papa es uno sólo, porque Benedicto XVI renunció a serlo y desde su discreción máxima así lo ha puesto en evidencia también en este acto de la basílica de San Pedro, donde se quita el solideo reverentemente ante el Santo Padre.