No basta con lamentar que España esté a la cabeza en paro juvenil, abandono y fracaso escolar... La sociedad ni-ni tiene más peligro que la prima de riesgo
Uno de cada cuatro menores de 29 años en España ni estudia ni trabaja. A este dato hay que añadir la cifra del 50 % de paro juvenil, el 28 % de abandono educativo, o el 26 % de fracaso escolar. «Éste es uno de los problemas más grandes que tenemos», mucho más que la prima de riesgo, advierte el presidente del Foro Español de la Familia, don Benigno Blanco. Ha llegado el momento de plantearnos los motivos de este «fracaso político, educativo, laboral y social»; de entrada, se hace urgente la reforma de «un sistema educativo que es un verdadero desastre»
El debate sobre el modelo de sociedad que hemos construido en España ha vuelto a ponerse sobre la mesa después de que la OCDE hiciese público, hace unos días, su informe Panorama de la Educación 2012, que deja a nuestro país en una preocupante situación. Con datos de 2010, España es el país de la Unión Europea con más jóvenes que ni estudian, ni trabajan, los llamados Ni-nis. Así, según el informe, el 23,7 % de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años no se dedican a ninguna actividad laboral ni formativa, y la estadística aumenta hasta el 29 % en la franja que va de los 25 a los 29 años.
Una inercia alarmante
Si se comparan estos datos con los de los últimos años, queda de relieve, además, la alarmante inercia de la sociedad española, que no ha sabido reconducir la situación de la llamada generación ni-ni: a fecha de hoy, el promedio de la OCDE en jóvenes que no estudian ni trabajan es del 15,8 %, prácticamente el mismo que en 2006. Aquel año, el promedio de España también era del 16 %, casi igual que los países de nuestro entorno. Sin embargo, desde 2009, la tasa de ni-nis en España se ha disparado, mientras que en Europa sigue igual. O sea, que aunque la crisis ha afectado a todos los países de la UE, España ha gestionado peor la situación académica y laboral de sus jóvenes.
Don Benigno Blanco, Presidente del Foro de la Familia, explica que «los factores que nos han llevado a esta situación son variados y confluyentes. El primero, un sistema educativo que es un verdadero desastre, que no forma a los jóvenes y que ha facilitado que los alumnos abandonasen sus estudios cuando había trabajo fácil, y, al llegar la crisis, los ha dejado sin formación y sin posibilidad de trabajar. El segundo es un sistema laboral demasiado rígido e inflexible que nos ha llevado a las altísimas cifras de paro que sufrimos. Y el tercero, una recesión económica que hace que nadie quiera invertir su dinero y, por tanto, no se generan oportunidades para estos jóvenes». Por eso, los datos de la OCDE, «que son de 2010 y ahora serán peores, son fruto de un fracaso político, educativo, laboral y social, que ha dejado a miles de jóvenes en una situación de profunda angustia y desesperanza, y ante un futuro muy incierto, porque, sin formación y sin trabajo, tampoco pueden formar una familia y tener unas relaciones personales normales. Éste es uno de los problemas más grandes que tenemos», dice Blanco.
Carne de marginación social
El informe de la OCDE muestra que el desempleo está relacionado con una deficiente formación, de modo que, a menor nivel de estudios, mayor es el riesgo de quedarse en paro, y a mejor formación, más posibilidades hay de encontrar empleo, y de que esté bien remunerado.
Las estadísticas españolas también confirman este punto: España cuadruplica la tasa de paro juvenil de la UE (con el 50,2 % de nuestros jóvenes sin empleo, frente al 12 % europeo); y dobla las de abandono escolar (el 28 % de los españoles no siguen estudiando al terminar la Secundaria) y de fracaso escolar (el 26,5 % de los alumnos de la ESO no terminan sus estudios). Don Alfonso Aguiló, director del colegio Tajamar, en el madrileño barrio de Vallecas, explica que «las personas con mejor cualificación terminan por encontrar trabajo, aunque tarden más o menos por la crisis. Sin embargo, el paro continuado se ceba con los peor formados, y la desocupación, sobre todo en los jóvenes, genera muchísimos problemas sociales y en la psicología personal, mina la autoestima y hace que los parados sin formación sean carne de marginación social».
Demoler desde los cimientos
Ahora bien, para solucionar el problema no basta con retener a los alumnos en las aulas, prorrogando la edad de escolarización, como se ha venido haciendo en nuestro sistema escolar. Lo determinante, según la OCDE, es la calidad de lo que se aprende. También aquí España necesita mejorar, según muestra el informe PISA, que deja a nuestros alumnos a la cola de Europa en los tres pilares básicos del aprendizaje: Lectura, Matemáticas y Ciencias. En formación universitaria, los datos no son mejores: ninguna universidad española está entre las 100 mejores del mundo, ni de Europa.
Para cambiar esta situación es necesario demoler la sociedad ni-ni desde sus cimientos, como explica don Benigno Blanco: «Tenemos que replantearnos todo el sistema político, económico, laboral y educativo, y volver a poner a la persona en el centro. Las estructuras y las leyes han ido en contra de la naturaleza de la persona, y han contribuido a un desnorte antropológico general, que sólo se arregla dando una solución moral: redescubrir la importancia de la transmisión de valores en la familia, la virtud, la responsabilidad, la esperanza, el esfuerzo… La gran crisis de Occidente es la antropológica, y si no le ponemos remedio, las consecuencias serán mucho más graves que tener la prima de riesgo disparada».