Millán Salcedo sigue en sus trece De verden cuando - Alfa y Omega

Hay que tener algo muy claro antes de poner un pie en el Teatro La Latina: el anfitrión es Millán Salcedo. Y, aún a riesgo de ser insultantemente obvia, lo digo nada más empezar a escribir esta recomendación como advertencia de amiga. Si no tienes «cultura» de Martes y 13; si no has disfrutado con sus parodias y especiales de fin de año; si no te dice nada café Tacilla, digamelón, detergente Gabriel, estoy enfabada, la empanadilla de Móstoles o el ¡ay que me meo toa!, olvídate de ir a ver De verden cuando, porque el espectáculo es un digno hijo de su padre. Durante aproximadamente hora y media, Millán Salcedo ofrece un show hecho a la medida para sus seguidores de siempre.

De verden cuando sigue la estela de aquel otro que llevaba por título Yo me subí a un piano verde. En ambos, el showman repasa su vida y obra a través de un espectáculo personalísimo que incluye los gags de siempre del humorista manchego; por eso, es importante conocer su particular «idioma». Lo malo de revisitar tu propia vida es quedarte anclado en los años más dorados y eso es, precisamente, lo que le sucede a Millán Salcedo en este montaje. Hay una sensación agridulce en volver a paladear su pasado: los muy fans de aquel humor estarán agradecidos de volver a tenerlo pero, al mismo tiempo, percibirán cierto cansancio en lo repetitivo de la propuesta. Cuando el espectáculo rectifica en este punto, Millán vuelve al presente comentando la actualidad y nos brinda, desde un repaso satírico a la vida de Isabel Pantoja o su particular visión del incidente del elefante «real» en Botswana, hasta una loa a la posibilidad de que las personas del mismo sexo contraigan matrimonio. Es ciertamente inconexo en algunos momentos, puesto que no termina de funcionar el ensamblaje entre los distintos asuntos que trata el artista.

De cualquier forma, y pese a lo atomizado del contenido, el espectáculo alcanza momentos brillantes merced a la capacidad histriónica de Millán Salcedo, un artista completo que puede llevarte de la sonrisa a la lágrima en apenas unos segundos. Música, humor, parodia y nostalgia nos conducen al particular mundo de Millán Salcedo que nos pide que riamos y riamos «pues el humor es el oxígeno de la vida y conviene reír de verden cuando». Esos momentos de magia que tiene el show se tornan en un homenaje de nuestro anfitrión hacia quienes más le han aportado en su vida: sus padres y sus compañeros en Martes y 13: Fernando Conde y Josema Yuste. Es siempre un regalo ver como un artista que ha aportado tanto al acervo humorístico de este país se desnuda emocionalmente ante el público para hacer un repaso de su vida. Esperemos que no sea una despedida y que Millán Salcedo siga en sus trece.

De verden cuando

★★★★☆

Dirección:

Plaza de la Cebada, 2

Metro:

La Latina, Tirso de Molina

Hasta el 3 de febrero