Mario Grech, como Francisco, también cree que «no tenemos que encerrarnos en nuestro edificio»

El actual cónclave se inició con la Misa pro eligendo Pontifice, en la que el cardenal Giovanni Battista Re ofreció algunas claves del futuro Papa y también del papado. Habló, por ejemplo, de la importancia de la comunión eclesial. Un asunto que el cardenal elector Mario Grech, encerrado en estos momentos en la Capilla Sixtina, ha podido experimentar y valorar en su cargo de secretario general del Sínodo.

«Una de las cosas que más me ha sorprendido» es el hecho de constatar que «hay una Iglesia en la que, a pesar de las diferencias, prima la voluntad común que nos une», afirmaba en una entrevista con Alfa y Omega en 2023. «Y aunque tenemos nuestras diferencias —insistía— existe esta voluntad de apoyarnos unos a otros, de aprender los unos de los otros. Eso es algo que me ha reconfortado mucho».

El amor es otro de los temas en los que se detuvo el decano del colegio cardenalicio en su homilía, considerada programática por los expertos. A este respecto, durante la entrevista con este semanario Grech recordaba la conversación durante el Sínodo con una persona que «dijo que la base de todo es el amor». De hecho, «ese podría ser el punto de partida, debería ser el punto de partida; debemos ser conscientes del cuidado que uno tiene que tener del otro.

Pero Grech no solo ha vivenciado muchas de las claves apuntadas por Re al inicio del cónclave. En los días previos, durante las congregaciones generales, muchos de los purpurados han expresado la importancia de dar continuidad a muchas de las reformas iniciadas por Francisco. En este sentido, el secretario general del Sínodo se preguntaba en la conversación con Alfa y Omega: «Cuando hablamos de periferia, ¿a qué nos referimos?». Su respuesta bien podría haberla firmado Bergoglio en su etapa de Pontífice. «A los que no van a la Iglesia, por ejemplo; a quienes que no participan en nuestros grupos eclesiales. Escucharlos es un reto, pero no es imposible. No tenemos que encerrarnos en nuestro edificio. El verdadero templo está fuera», aseguraba Grech.

«Ahí es donde debemos posicionarnos como Iglesia, que es todo el pueblo de Dios», concluía el secretario general. «Debemos tener el coraje de salir a las calles y caminar con el hombre y con la mujer de hoy».