Los restos del infante don Pedro al descubierto - Alfa y Omega

Los restos del infante don Pedro al descubierto

Los restauradores del sepulcro del infante don Pedro, situado en la catedral de Segovia, han hallado un pequeño cofre forrado con terciopelo que guardaba ropa, un cinturón y tres huesos del pequeño hijo de Enrique II de Castilla. El hallazgo confirma que el niño era más pequeño de la edad que se le atribuía

Cristina Sánchez Aguilar
Miembros del Cabildo y restauradores descubren el cofre con restos de ropa y huesos del infante don Pedro durante los trabajos de restauración de su sepulcro. Foto: Catedral de Segovia

Cuenta la leyenda que el infante don Pedro falleció trágicamente tras precipitarse al vacío desde una de las ventanas del Alcázar de Segovia, mientras una criada cuidaba de él. Enrique II de Castilla, muy ligado a su hijo, expidió un privilegio real para levantar un sepulcro en su honor en el centro del coro de la antigua catedral, dejando escrito que debería estar iluminado por dos hacheros día y noche, y custodiado por «dos porteros de confianza del Cabildo para siempre».

Foto: Catedral de Segovia

461 años después de su traslado de la antigua catedral, varios miembros del Cabildo catedralicio, responsables de la Administración local y restauradores, abrieron la cerradura del cofre forrado con terciopelo que guardaba los restos del infante. Debido a los trabajos de restauración, era necesario abrir la tapa de la efigie del niño para restaurarla, momento en el que se encontró el citado cofre, encajado en un hueco abierto en la base.

En su interior, enrollados de forma individual, se han encontrado una blusa –presumiblemente de seda– con botones de tela; un faldón de mayor tamaño y un cinturón de tela del mismo color que, «hecho un rulo, guardaba tres huesos aún por identificar la parte del cuerpo a la que pertenecen», aseguran desde el departamento de comunicación de la catedral segoviana. Con este descubrimiento «se deduce que el infante debía de ser un niño muy pequeño, por lo que la edad que se le atribuye en diversos textos –en torno a los 10 o 12 años– quedaría descartada».

Foto: Catedral de Segovia

Con el objetivo de analizar los restos hallados, se ha encargado un estudio a una antropóloga, para recopilar el máximo de datos posibles sobre el hijo de Enrique II: edad exacta de defunción y patologías que pudiera tener, entre otros aspectos. En cuanto a las telas encontradas, aseguran desde la catedral, serán trasladadas al centro de la Junta de Castilla y León para su restauración. «Una vez recuperadas, el Cabildo quiere que estas vestiduras se expongan junto al sepulcro y formen parte de la sala de exposiciones», que esperan reabrir antes de Semana Santa.

Cronología del traslado

La muerte del infante está fechada el 22 de julio de 1366. Enrique II hizo del Alcázar de Segovia su residencia, aunque permanecía habitualmente fuera de la fortaleza debido a la guerra que, desde hacía años, le enfrentaba a su hermano Pedro I por el poder en Castilla. La guerra finaliza en 1369 con la victoria de Enrique II, apodado el fraticida, que instaura la dinastía de los Trastámara.

Foto: Catedral de Segovia

Tras la guerra de los comuneros, que acontece entre 1520 y 1522, la antigua catedral que se situaba frente al Alcázar quedó dañada, y se decidió construir una nueva en su actual ubicación. Fue entonces, en 1558, en medio de los trabajos de construcción de la nueva catedral, cuando se realizó una procesión solemne con los restos del infante don Pedro guardados en el cofre descubierto. Todo esto se recoge en el libro Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla del sacerdote e historiador segoviano Diego de Colmenares.

Los restos del niño don Pedro fueron sepultados en la capilla de Santa Catalina y más de cuatro siglos después, los restos han vuelto a abrirse «aprovechando la restauración de su sepulcro, en una nueva oportunidad de conocer con mayor profundidad la historia sobre su muerte, que tanto llama la atención de segovianos y visitantes».