Los refugiados ucranianos en España se libran de tener que volver a la guerra - Alfa y Omega

Los refugiados ucranianos en España se libran de tener que volver a la guerra

El Gobierno otorgó 236.570 protecciones temporales a ucranianos desde la invasión, un régimen jurídico que ha sido ahora prorrogado. También destaca la acogida de familias como la de los Cobas

José Calderero de Aldecoa
Víctor (camisa morada) junto a su mujer (a la izquierda) y, agachados bajo ellos, Artem e Ilona.
Víctor (camisa morada) junto a su mujer (a la izquierda) y, agachados bajo ellos, Artem e Ilona. Foto cedida por Víctor Cobas.

Cuando el primer soldado ruso puso un pie en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, miles de ciudadanos condujeron sus pasos fuera del país. Un éxodo masivo de civiles, principalmente de mujeres y niños —los hombres tenían prohibido salir del territorio nacional ante la posibilidad de ser llamados a filas—, que se distribuyeron a lo largo y ancho del mundo. A España llegaron 236.570, según un informe reciente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que ofrece datos del Spain Questionnaire Blueprint Ukraine. Todos ellos fueron acogidos bajo el mecanismo de Protección Temporal, lo que convirtió a España en el cuarto país de la Unión Europea que concedió mayor número de permisos bajo este régimen. Según explican a Alfa y Omega fuentes del Ministerio del Interior, lleva aparejada «libertad de circulación y de residencia en España, autorización administrativa para trabajar» y acceso a las ayudas sociales «cuando no dispongan de recursos suficientes».

Esta cobertura legal ha permitido a los ucranianos emplearse en los últimos años en sectores como la hostelería, donde a 31 de diciembre de 2024 había 4.680 personas dadas de alta; la construcción —4.605—, el comercio —3.088— o el sector de la información y las comunicaciones, donde estaban trabajando 2.862 ucranianos. Pero después de tres años de desempeño profesional y de haber logrado escapar de la guerra, sobre todos ellos se ceñía la espada de Damocles, que en esta ocasión tenía la forma de la fecha de caducidad de su protección temporal. Este régimen de acogida se concede por un periodo de un año, renovable inmediatamente hasta alcanzar los tres. Estos se cumplieron el pasado 24 de febrero, fecha en la que todos ellos hubieran tenido que regresar a su país de no haber sido prorrogada la medida a la que estaban acogidos. «La ampliación del permiso hasta el 4 de marzo de 2026 se trata de una decisión de la Unión Europea que España ha activado, como no podía ser de otra forma, de manera inmediata», explican a este semanario fuentes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En cifras
  • 4,9 % de los ucranianos llegados a la Unión Europea recalaron en España.
  • 140 mil de los acogidos en nuestro país son mujeres, el 60 % del total.
  • 1.683 menores no acompañados de Ucrania se encuentran en nuestro país.
  • 223 % es el incremento en la llegada de ucranianos a España desde la invasión rusa.
  • 24 horas se tarda en conceder la protección temporal.
  • 82 millones de euros fueron aprobados por el Gobierno para financiar la acogida.
  • 1.530 millones de euros es el gasto del Gobierno español para protección de los ucranianos.

Lo que pasará con los ucranianos a partir de esa fecha se decidirá en Bruselas el próximo 27 de marzo, cuando está convocada por la UE la Plataforma de Solidaridad por Ucrania. «Allí se debatirá sobre el futuro del mecanismo de Protección Temporal, más allá de marzo de 2026; el apoyo a las personas que decidan regresar a Ucrania y la transición hacia estatutos de residencia permanentes en los Estados miembro», concluyen las mismas fuentes ministeriales.

La solidaridad europea contrasta con las dudas de Estados Unidos al respecto. Según la prensa local, el presidente Trump se está planteando revocar el permiso de acogida a 240.000 ucranianos que viven en el país. A su vez, el cálculo geopolítico americano contrasta con la mano tendida de miles de familias españolas, que acogieron en sus propias casas a quienes llegaban huyendo de la guerra. Una de ellas es la de Víctor Cobas, que abrió las puertas de su casa de Canovelles (Barcelona), dentro del programa Familia Acoge Familia puesto en marcha por la Fundación La Caixa en colaboración con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. «Cuando estalló la guerra, vivimos con gran preocupación el tema de los refugiados, así que decidimos hacer un esfuerzo para ofrecer alojamiento a alguien que lo necesitara», explica Cobas en conversación con Alfa y Omega. La familia juntó a los dos niños en el mismo cuarto y así consiguieron un espacio extra en el que poder recibir a quien les enviaran. Y después de firmar las condiciones en un contrato, «primero llegó una mujer, Natalia. Pero se volvió pronto a su país porque no soportaba estar lejos de su hijo». Después de esta experiencia, «recibimos a una pareja, Artem e Ilona, que tenían 27 años y se habían casado hacía poco». El destino quiso que la invasión los sorprendiera a ambos fuera de Ucrania y que, por ello, pudieran continuar su vida juntos en el extranjero. Concretamente en casa de los Cobas, donde pasaron un año y dos meses. «La verdad es que la convivencia fue muy bien. Nosotros les explicamos las cuatro normas básicas y les dijimos que ahora ellos formaban parte de la familia y que, por ello, todo era para compartir», concluye Víctor Cobas.