Los obispos se ofrecen a acoger refugiados y apremian al Gobierno a tomar medidas
La Comisión episcopal de Migraciones de la CEE aboga por «pasar de las declaraciones formales» y de los «pronunciamientos» a «los hechos» y hacerlo con urgencia «porque está en juego la vida de muchas personas»
Los obispos de la Comisión episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española consideran «necesario» y «urgente» que el Gobierno tome medidas de acogida y acompañamiento a los refugiados. «A ella se comprometió» el Ejecutivo Español «a quien la Iglesia española se ofreció y se sigue ofreciendo» para ayudar en esta labor, han explicado los obispos en una nota hecha pública este miércoles.
Según la declaración, «en las diócesis españoles se han establecido ya los mecanismos y previsiones» necesarias para dicha acogida «y en el trabajo posterior para su integración social». De ese trabajo ya se benefician «emigrantes, refugiados y demás personas en situación de especial vulnerabilidad».
La vida, en juego
Asimismo, la Comisión de Migraciones pide que no se cuestione «la imprescindible necesidad de ayuda a los que huyen de la guerra o del hambre» y que «no caigamos en estereotipos ni en estigmatizaciones que afecten a su dignidad y a la fraterna y evangélica acogida».
En este sentido, los obispos denuncian que muchos de los refugiados, en su camino hacia Europa, «son víctimas de la trata de personas» y de otros tipos de violencia.
Antes de concluir, la Comisión aboga por «pasar de las declaraciones formales» y de los «pronunciamientos» a «los hechos» y hacerlo con urgencia «porque está en juego la vida de muchas personas».
«Necesitamos pasar de las palabras a los hechos»
La Comisión episcopal de Migraciones, reunida el 20 de Abril de 2016 desea con esta nota informativa seguir insistiendo en la necesaria y urgente toma de medidas de acogida, hospitalidad, y acompañamiento a refugiados. A ella se comprometió el Gobierno Español a quien la Iglesia española se ofreció y se sigue ofreciendo para lo que necesitara y pudiera ofrecer.
En las diócesis españoles se han establecido ya los mecanismos y previsiones generosas y necesarias para colaborar y sensibilizar en dicha acogida. Y en el trabajo posterior para su integración social. Del trabajo ya hecho estamos seguros se beneficiarán emigrantes, refugiados y demás personas en situaciones de especial vulnerabilidad como lo vienen haciendo hasta la fecha
Agradecemos la labor incisiva y solidaria que está haciendo la Red de Entidades eclesiales que trabajan con emigrantes (CEM, CONFER, Caritas, Justicia y Paz y Sector Social de la Compañía de Jesús) y la de tantas organizaciones y entidades de Iglesia y otras a propósito de las personas concretas a quienes tan gravemente afecta esta crisis humanitaria necesitada de repuestas eficaces.
Deseamos que no se ponga en cuestión la imprescindible necesidad de ayuda a los que huyen de la guerra o del hambre, refugiados e inmigrantes. Muchos en su camino hacia Europa son víctimas de la trata de personas y de muchos otros tipos de violencia. Y deseamos también que no caigamos en estereotipos ni en estigmatizaciones que afecten a su dignidad y a la fraterna y evangélica acogida.
Tal y como recientemente ha hecho nuestro Santo Padre Francisco debemos pasar de las declaraciones formales y pronunciamientos a los hechos. Con los refugiados y emigrantes en Europa y con los que están en lugares de conflictos, origen de la gran tragedia que vivimos. Y necesitamos hacerlo con urgencia porque está en juego la vida de muchas personas sobre todo las más vulnerables.
Estamos ante una situación muy urgente que necesita también celeridad y eficacia en la toma de decisiones. Mientras tanto continuaremos con nuestra labor humanitaria, de servicio, de acompañamiento y de defensa de los derechos de todos los emigrantes y refugiados. De los que vendrán y de los que ya están entre nosotros, favoreciendo su integración social, cultural y religiosa.