Los romeros se citan con la Reina de Sierra Morena - Alfa y Omega

Los romeros se citan con la Reina de Sierra Morena

La Virgen de la Cabeza recibe a cientos de miles de peregrinos el último fin de semana de abril en la romería más antigua de España. La presencia del cardenal Cobo y tres cofradías filiales nuevas, las novedades

Begoña Aragoneses
Trinitarios custodian a la Virgen en la procesión por el cerro de la Cabeza
Trinitarios custodian a la Virgen en la procesión por el cerro de la Cabeza. Foto: Ayuntamiento de Andújar.

El domingo se levantó con niebla en el cerro de la Cabeza. Día destemplado por fuera, pero muy caldeado en los corazones de los romeros que abarrotaban las inmediaciones de la basílica y santuario de la Virgen de la Cabeza (Andújar, Jaén). Como cada último fin de semana de abril desde hace siglos, se celebraba la romería más antigua de España. La Reina de Sierra Morena vestía sus mejores galas: el manto de su recoronación —sí, la primera fue en 1909 y la segunda en 1960—, en terciopelo azul Borbón bordado en oro, realizado por suscripción popular; el fajín de capitana general del Ejército y el bastón de mando como alcaldesa honoraria perpetua de Andújar. Más guapa que nunca para acoger a sus devotos. Tenía ganas la Virgen de que fueran a verla para ofrecer su abrazo maternal y su consuelo, que en esto es única. Lo cuenta el padre Luis Miguel Alaminos, trinitario, rector del santuario, hablando para este semanario en el que también la Morenita quería estar. «La romería es una experiencia fuerte de encuentro con la Madre». Esta mujer, describe el trinitario, «sencilla, joven, pequeñita», deja una profunda huella maternal. Si la Virgen hoy hablara desde su camarín, Luis Miguel tiene claro lo que le diría a los devotos: «Una invitación constante a la autenticidad de la vida cristiana, a la coherencia con el proyecto de vida de Jesús y a ser solidarios con los pobres, en quien Él quiere servir y ser amado».

El cardenal Cobo durante la Misa que presidió en el santuario de la Morenita
El cardenal Cobo durante la Misa que presidió en el santuario de la Morenita. Foto: Cofradía Matriz.

«Ya comienza la Misa de la Virgen Morenita», cantaba el coro rociero durante la procesión de entrada en la Eucaristía pontifical, el domingo 28 de abril, celebrada en el interior del santuario por el riesgo de lluvia y presidida por el cardenal José Cobo. A sus espaldas lleva unas cuantas peregrinaciones, porque el arzobispo de Madrid es natural de Sabiote, a unos 100 kilómetros del cerro. De niño, contaba en Canal Sur, le impresionaba la estatura de la Virgen, que no llega a las rodillas de un adulto, y esto le daba una devoción especial porque «era muy de niños». En la Misa estuvo acompañado por el obispo de Jaén, Sebastián Chico. Asistieron un total de 67 cofradías filiales llegadas de diversos puntos de España; incluidas tres nuevas, un dato que apuntala la universalidad de la devoción a esta advocación de la Virgen, sostiene para Alfa y Omega el presidente de la cofradía matriz, Manuel José Gómez. Él mismo ha querido destacar la presencia del cardenal en el cerro de la Cabeza y su homilía durante la Misa. «Hay que estudiarla, es para volverla a escuchar y sacar conclusiones para nuestra cofradía». Entre otras cosas, Cobo pidió a la Virgen que ayudara a todos a «acoger la llamada del Evangelio de este domingo», con la imagen de la vid y los sarmientos: «la unidad en medio de la diversidad, ser «fraternos» y «vivir unidos» frente a una sociedad dividida y polarizada, alertó. «Nuestro tronco común es Jesucristo, en el que todos podemos encontrarnos», afirmó. Por dos veces repitió el arzobispo de Madrid que «necesitamos recuperar la paz; esa que el Resucitado viene anunciándonos domingo tras domingo en este tiempo de Pascua». Y fijó la mirada en María, «la discípula, la Madre», que «nos hace unirnos a la vid». «Ella nos entrega, desde la humildad y la pequeñez, la llave de la fraternidad». Además, insistió en que «nuestros vecinos necesitan cristianos auténticos que enseñen al mundo dónde está la savia auténtica, que es Dios». María «cura y nos envía a la misión de construir fraternidad». Ella pone a Dios en el centro e invita a acogerlo y guardar sus enseñanzas en el corazón, subrayó. Hablaba así de una Virgen que «hace cantidad de milagros porque escucha» a todos.

Única Virgen española con una rosa de oro del Papa
La Virgen en la romería de este año
  • En 2027 se cumplen 800 años de la aparición de una talla de la Virgen, encontrada por Juan Alonso de Rivas, pastor. Fue en el cerro de la Cabeza, término municipal de Andújar (Jaén), corazón de Sierra Morena. La Virgen le pidió que le construyeran un santuario y le curó la parálisis de un brazo.
  • En 1304 se terminó la ermita medieval y a finales del siglo XV se instituyó la romería, la más antigua de España.
  • Durante la Guerra Civil, el santuario sufrió un asedio de nueve meses que lo dejó casi destruido por completo. La imagen originaria de la Virgen desapareció y fue replicada posteriormente; se venera en un camarín en el altar mayor.
  • De tez morena, boca pequeña, ceño algo fruncido y cejas arcadas, recibió en 2009 la rosa de oro papal de manos de Benedicto XVI por su significación. Es la única imagen de una Virgen española que la tiene.

A la Eucaristía le siguió la gran procesión por todo el cerro, ya con un sol espléndido. Los anderos, después de guardar el turno toda la noche, portaban a la Virgen al exterior de la basílica, recibida a las puertas con una petalada y el repique de campanas. Lo hacía flanqueada por dos trinitarios, congregación que custodia a la Virgen desde hace casi un siglo, que pasaban por su manto niños, medallas y objetos personales. Como afirmaba el rector de la basílica, «nosotros tenemos la responsabilidad de acoger a todos para facilitar este encuentro con la Madre». Y el presidente de la cofradía matriz hace balance: «Este año la romería ha sido maravillosa: la cifras hablan de más de 100.000 peregrinos». Le impresiona especialmente ver las caras de la gente cuando miran a la Morenita. «Muchos vienen a darle gracias, les reconforta la presencia de la Virgen». Y emplaza al año que viene: «Hay que venir a vivir esto».