Miles de personas honran a la Virgen de la Cabeza - Alfa y Omega

Miles de personas honran a la Virgen de la Cabeza

Redacción
Procesión en el cerro del Cabezo. Foto: EFE / Carlos Cid.

Miles de personas abarrotaron el pasado domingo el cerro del Cabezo en Andújar (Jaén) —cada año se dan cita medio millón— para celebrar la romería más antigua de España, en honor de la Virgen de la Cabeza, patrona además de la diócesis jienense. La imagen mariana dejó su camarín para ser colocada en el altar exterior y presidir la Eucaristía, en la que participaron los representantes de 65 cofradías filiales y otras vinculadas a la advocación, llegadas desde Jaén y de diversos puntos de España. La Virgen estrenaba el manto «de las granadas», obra del bordador Pedro Palenciano de Andújar, ofrendado por un devoto de Granada.

En su homilía el obispo, Sebastián Chico, puso bajo la protección de María la vida de cada uno de los presentes y la de sus seres queridos; también la de la Iglesia y la del mundo. Al mismo tiempo, invitó a seguir la estela de la Virgen y hacer caso a Jesús: «No tengáis miedo, no os sintáis desconcertados, no os apartéis de la vida cristiana; mantened, por encima de todo, la integridad de vuestra fe y la plenitud de vuestra vida en el Resucitado». Asimismo, encomendó las vocaciones. Para los sacerdotes pidió «vivir santamente el ministerio y el servicio» y para los matrimonios «vivir con fidelidad y con generosidad el amor, haciendo de las casas verdaderos templos donde crece la vida».

No olvidó el prelado la situación de los campos, afectados por la sequía y tan necesitados de agua: «Que interceda ante Dios para que nuestros campos reciban el don tan ansiado de la lluvia». Y pidió consuelo para los enfermos y ancianos. «Que sea para todos nosotros la puerta abierta de la casa de Dios y de la salvación eterna», concluyó.

Al finalizar la Misa, la imagen mariana recorrió en andas el pueblo, guiada por los anderos y arropada por los miles de romeros. Dos religiosos, como es habitual, acercaron al manto de la Virgen a los niños, así como prendas y otros objetos para ser bendecidos.