«Los mártires de Manresa fueron humildes y valientes testigos de Jesús» - Alfa y Omega

«Los mártires de Manresa fueron humildes y valientes testigos de Jesús»

El Papa saluda las beatificaciones de tres capuchinos españoles, víctimas de la persecución religiosa durante la Guerra Civil

Yago González
El Santo Padre en el ángelus de este domingo. Foto: AFP / Filippo Monteforte.

El Papa Francisco ha aplaudido este domingo, tras el rezo del ángelus en San Pedro, la beatificación en Manresa (Barcelona) de tres frailes capuchinos, mártires de la persecución religiosa en España durante la Guerra Civil.

«Demostraron ser humildes y valientes testigos de Jesús. Que su ejemplo ayude a los cristianos de hoy a ser fieles a la propia vocación, incluso en los momentos de prueba», ha animado Francisco.

Un momento de la ceremonia de beatificación en Manresa (Barcelona). Foto: Guillermo Simón-Castellví.

En su lectura del Evangelio del día, que narra la ofrenda de la viuda en el templo, el Pontífice ha advertido de la tentación de la hipocresía que muestran los escribas, ya que la viuda y éstos ofrecen «un sorprendente contraste». «Jesús mira dos escenas. Y es precisamente este verbo (”mirar”) el que resume su enseñanza: a quien vive la fe con duplicidad, a esos escribas, debemos ”mirar” para no convertirnos como ellos; mientras que a la viuda debemos ”mirarla” para tomarla como modelo. Detengámonos en esto: tener cuidado con los hipócritas y mirar a la pobre viuda», ha explicado el Papa.

Francisco ha señalado que los escribas «cubrían, con el nombre de Dios, la propia vanagloria y, aún peor, usaban la religión para atender sus negocios, abusando de su autoridad y explotando a los pobres». En esta línea, Francisco ha rogado que no se siga el modelo de los hipócritas, puesto que basaban su vida en la «apariencia, la exterioridad, el cuidado exagerado de la propia imagen», y alertó del peligro de «doblegar la fe a los propios intereses».

Una de las manifestaciones de esa conducta, ha indicado el Papa, es el clericalismo. «No nos aprovechemos nunca de nuestro papel, de nuestro cargo, para aplastar a los demás. ¡Nunca ganar sobre la piel de los más débiles! Y hay que estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad», ha exhortado.

Por el contrario, el Pontífice ha animado a seguir el ejemplo de la viuda : «Ella no frecuenta el templo para tener la conciencia tranquila, no reza para hacerse ver, no hace alarde de su fe, sino que dona con el corazón, con generosidad y gratuidad. Sus monedas tienen un sonido más bonito que las grandes ofrendas de los ricos, porque expresan una vida dedicada a Dios con sinceridad, una fe que no vive de apariencias sino de confianza incondicional».