Han llegado ya las vacaciones de verano. Ahora, pasamos más tiempo con nuestros padres y hermanos, y a veces eso puede hacer que nos peleemos más. Es lo que cuenta Paula Rodríguez, una chica gallega de 13 años, en el cuento con el que ha ganado el concurso nacional de cuentos de la Federación Española de Familias Numerosas.
Hermanos de cuento narra la historia de una niña que se queja de sus padres, a quienes llama la Reina malvada y el Troll informático. También protesta por la lata que le da su hermanito (el Diablillo destructor) y su hermana pequeña (el Hada de las tinieblas). Pero un día que estaba con su hermana, jugando junto a la vía del tren, pasó lo siguiente: «Todo estaba tranquilo, hasta que oigo que viene el tren y grito:
—¡Corre, que viene el tren!
Sin decir nada más, salí de allí corriendo, pero ella no venía detrás de mí. Mientras avanzaba, escuché:
—Sí, claro, que me voy a creer que viene el tren.
Cuando me hallaba a salvo de ser aplastada, comencé a preocuparme. No la veía. ¿La habría atropellado? ¿La habría perdido para siempre? ¿No volvería a verla nunca más? Esos segundos fueron angustiosos. Fuera o no un Hada de las tinieblas, caprichosa o malhumorada, quería que estuviera allí conmigo, no muerta en las oxidadas vías. Entonces, apareció corriendo hacia el lugar donde me encontraba, saltó a mi lado y las dos observamos cómo el tren se alejaba ruidosamente. Cuando ya no se oía nada, las dos nos miramos, nos abrazamos y volvimos a entrar en casa».
El cuento acaba diciendo: «Los hermanos pueden llegar a ser tan malos como los monstruos de sus cuentos, y aunque entre nosotros nos cueste reconocerlo, en el fondo sabemos que, por mucho que nos peleemos, gritemos y discutamos, nos queremos».