El nuevo Pontífice se estrena en Twitter explicando que «la paz de Cristo» es muy diferente del «resultado de la opresión»
En sus primeros mensajes, pone la Santa Sede a disposición de quienes tienen guerras abiertas. «¡Encontrémonos, dialoguemos, negociemos!», les pide
León XIV ha estrenado este miércoles su cuenta en X —la red social anteriormente conocida como Twitter— con el mismo mensaje que dio a todo el mundo el pasado 8 de mayo al asomarse a la logia central de la basílica de San Pedro nada más ser elegido. «¡La paz esté con todos vosotros! Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor», dijo entonces y ha dicho ahora. Y añadió aquella tarde, al igual que hoy: «También yo quisiera que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra».
Ese ha sido su primer mensaje, pero no el único. Haciendo honor al Pontífice del que ha decidido heredar el nombre, ha también comentado que «hace más de un siglo, León XIII afirmó que “la conservación de los ritos orientales es más importante de lo que se cree”». Un tuit que viene muy al hilo del Jubileo de las Iglesias Orientales que se celebra en Roma desde el pasado lunes 12 de mayo hasta este miércoles. Y del encuentro que ha tenido hoy mismo con fieles de estos orígenes y en el que Robert Prevost ha llamado a« custodiar y promover el oriente cristiano, especialmente en la diáspora».
La mayor parte del resto de estos mensajes han sido extraídos de su primera audiencia general, que ha tenido lugar este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano. En el antiguo Twitter, León XIV ha condenado «cuánta violencia, cuántas guerras en nuestro mundo». Ha calificado que «este horror debería provocar indignación, porque, en nombre de la conquista militar, las personas mueren». Y como respuesta, ha propuesto «la llamada de Cristo que repite: “¡Paz a vosotros!”».
También ha explicado en qué consiste esta «paz de Cristo» dejando claro como principio que «no es el silencio sepulcral tras el conflicto» ni «el resultado de la opresión». Lo que supondría una mirada muy miópe sobre la paz y, de algún modo, siempre favorable al agresor tras extraer los beneficios de una victoria. En este sentido, León XIV matiza que consiste en «un don que se dirige a las personas y reactiva su vida». Y ha pedido que oremos por esta paz que es reconciliación, perdón, valentía para pasar página y volver a empezar.
También ha reiterado la oferta concreta que ha formulado este mismo miércoles en el Aula Pablo VI en la que ha puesto la Santa Sede a disposición «para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos». «Con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!», ha dicho esta mañana en su audiencia y poco después en X.
Finalmente, ha profetizado que «la guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar, porque no resuelven problemas, sino que los agravan». Y ha expresado su esperanza en que «pasará a la historia quien siembre paz, no quien coseche víctimas porque los demás no son enemigos a quienes odiar, sino seres humanos con los que hablar».