León XIV invita a «gritar» a Dios aun «cuando los demás te reprenden y te dicen que lo dejes»
«No hay ningún grito que Dios no escuche», ha asegurado el Papa durante la catequesis de la audiencia general
El Papa ha invitado a los miles de fieles que este miércoles llenaban la plaza de San Pedro para asistir a la audiencia general a presentar ante el Corazón de Cristo sus «partes más doloridas o frágiles; aquellos lugares de su vida en los que se sienten paralizados y bloqueados». Ante esta realidad, León XIV ha instado a pedir al Señor «con confianza» que «escuche nuestro grito y nos cure».
El Pontífice se ha mostrado confiado en que Dios actuará —«no hay ningún grito que Dios no escuche»—, del mismo modo que hizo con Bartimeo, el ciego del Evangelio que se ha convertido en protagonista de la catequesis. «Bartimeo nos enseña a apelar a los recursos que llevamos dentro y que forman parte de nosotros. Él es un mendigo, sabe pedir, ¡es más, puede gritar!», ha indicado el Papa.
En la escena del Nuevo Testamento, Jesús pasa cerca del ciego, que se pone a gritar y, al final, termina curado. El Santo Padre ha recomendado hacer lo mismo: «Si realmente deseas algo, haz todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando los demás te reprenden, te humillan y te dicen que lo dejes. Si realmente lo deseas, ¡sigue gritando!».
Por último, León XIV se ha fijado en el manto que lleva el ciego del Evangelio. «Para un mendigo», esta prenda «lo es todo: es la seguridad, es la casa, es la defensa que lo protege», ha indicado. Pero para acercarse a Jesús debe desprenderse de él. Asimismo, el Papa ha señalado que «muchas veces lo que nos bloquea son precisamente nuestras aparentes seguridades, lo que nos hemos puesto para defendernos y que, en cambio, nos impide caminar». Para ir a Jesús y dejarse curar, «Bartimeo debe exponerse a Él en toda su vulnerabilidad. Este es el paso fundamental para todo camino de curación».