León XIV: «Antes de ser creyentes, estamos llamados a ser humanos»
El Papa ha reivindicado «la compasión» como «una cuestión de humanidad», más que un tema «religioso», y ha advertido frente al llanto de cada vez más padres «que sostienen los cuerpos sin vida de sus hijos»
En su segunda catequesis durante la audiencia general de los miércoles, en la que ha reflexionado sobre la parábola del buen samaritano, el Papa ha reconocido que «la práctica del culto no lleva automáticamente a ser compasivos». De hecho, «antes que una cuestión religiosa, la compasión es una cuestión de humanidad». Y ha añadido: «Antes de ser creyentes, estamos llamados a ser humanos».
Cabe recordar que en la parábola, un sacerdote y un levita, que son gente «que prestan servicio en el templo de Jerusalén, que viven en espacio sagrado», ha subrayado León XIV, pasan de largo ante la persona de la parábola que ha sido golpeada. Su actitud puede verse afectada por las prisas por volver a casa, ha disculpado el Papa en un primer momento. Pero «es precisamente la prisa, tan presente en nuestra vida, la que muchas veces nos impide sentir compasión». En este sentido, ha lamentado que «quien piensa que su viaje debe tener la prioridad, no está dispuesto a detenerse por otro».
En este sentido, el Pontífice ha preguntado a los fieles «¿cuándo seremos capaces nosotros también de interrumpir nuestro viaje y tener compasión?». Como respuesta, el Santo Padre ha explicado que solo será posible «cuando hayamos comprendido que ese hombre herido en el camino nos representa a cada uno de nosotros. Y entonces, el recuerdo de todas las veces que Jesús se detuvo para cuidar de nosotros nos hará más capaces de compasión».
Por último, León XIV ha animado a rezar «para que podamos crecer en humanidad, de modo que nuestras relaciones sean más verdaderas y más ricas en compasión», y ha instado a pedir al «corazón de Cristo la gracia de tener cada vez más sus mismos sentimientos».
Padres de hijos sin vida
Acto seguido, durante el saludo a los peregrinos en los distintos idiomas, el mismo Papa ha mostrado sus sentimientos de compasión hacia Gaza, desde donde «se eleva cada vez más intensamente hacia el cielo el llanto de madres y padres que sostienen los cuerpos sin vida de sus hijos».
Asimismo, ha lamentado que los habitantes de la franja se vean «obligados continuamente a desplazarse en busca de un poco de alimento y un refugio más seguro por los bombardeos». Y ha realizado un nuevo llamamiento a los responsables del conflicto para que acuerden «un alto el fuego», que «sean liberados todos los rehenes» y para «el pleno cumplimiento del derecho humanitario».