León XIV condena el «vil atentado terrorista» de Damasco y llama al «diálogo y la paz»
«Encomendamos las víctimas a la misericordia de Dios», ha dicho durante la audiencia general el Pontífice, que ha asegurado sus «oraciones por los heridos y los familiares»
A pesar de que este martes mandó un telegrama expresando sus condolencias y su oración, el Papa León XIV se ha vuelto a referir durante la audiencia general de este miércoles al «vil atentado terrorista» que este domingo se produjo contra «la comunidad ortodoxa de Damasco».
La matanza ha dejado, de momento, 25 muertos y 63 heridos. «Encomendamos las víctimas a la misericordia de Dios», ha dicho el Pontífice, que ha asegurado sus «oraciones por los heridos y los familiares». También se ha referido a todos los cristianos de Oriente Medio, a los que les ha dicho «estoy cercano. Toda la Iglesia está cercana a ustedes».
Para el Santo Padre, el «trágico suceso» indica «la fragilidad» que sufre Siria «después de años de conflictos». Ante este escenario, «es fundamental» que la comunidad internacional «dirija su mirada al país» y «le continúe dando apoyo a través de gestos de solidaridad y con un renovado compromiso por la paz y la reconciliación».
Asimismo, ha llamado a seguir «con atención y esperanza» el desarrollo de la situación en Irán, Israel y Palestina, y ha vuelto ha clamar por la paz. «Las palabras del profeta Isaías resuenan aún más urgentes que nunca: “Una nación no debe alzar nunca la espada contra otra, no se debe aprender nunca el arte de la guerra”».
En este sentido, León XIV ha pedido «que se escuche la voz dirigida al Altísimo; que se cuiden las laceraciones provocados por los sangrientos acontecimientos, producidos por la venganza y prepotencia; que se alcance la vía del diálogo y de la paz».
El Papa León XIV ha lamentado que «tantas personas se acercan a Jesús de manera superficial» y entran en las iglesias, pero «el corazón está en otra parte», durante su catequesis en la audiencia general que ha celebrado este miércoles en la plaza de San Pedro ante miles de personas.
El Pontífice también ha alertado de que «una enfermedad muy difundida en nuestro tiempo es el cansancio de vivir» cuando «la realidad nos parece demasiado compleja, pesada, difícil de afrontar. Y entonces nos apagamos, nos adormecemos, con la ilusión de que al despertarnos las cosas serán diferentes».
Ante todos estos momentos, de desilusión y de desánimo en la vida, «Jesús puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!».