Las familias necesitan ayuda
Ayudar a las familias en un período de la historia que no les pone las cosas precisamente fáciles es el gran reto que propone el Documento de trabajo para el próximo Sínodo sobre la Familia. Se reitera la indisolubilidad del matrimonio, al tiempo que se pide cercanía y misericordia hacia las familias rotas. Con respecto al acceso de los divorciados en nuevas uniones, el Instrumentum laboris presenta las dos posiciones de la discusión
El martes se publicó el documento de trabajo que guiará las discusiones del próximo Sínodo sobre la Familia, que se celebrará en el Vaticano el próximo mes de octubre. El Sínodo tiene un objetivo declarado: convertirse en una verdadera ayuda para las familias, que hoy atraviesan dificultades de todo tipo. El resto de los temas y debates están en función de este objetivo primario. Es la conclusión del Documento de trabajo (el Instrumentum laboris), es decir, del texto base que guiará las discusiones de esa asamblea episcopal, y que fue publicado el 23 de junio por el Vaticano. Un texto que recoge las conclusiones del Sínodo del año pasado, dedicado también al tema de la familia, así como las conclusiones del cuestionario complementario al que han respondido las diócesis de los cinco continentes.
Por voluntad expresa del Papa Francisco, en esta consulta mundial han participado en esta ocasión no sólo los obispos o los representantes de las Conferencias Episcopales, sino también las familias, así como universidades y otras instituciones académicas.
Ayudar a las familias
El Instrumentum laboris comienza constatando las «contradicciones sociales» que llevan a la disolución de la familia, y que varían mucho de unos continentes a otros: guerra, migraciones, pobreza, usura, cultura del descarte, y una coyuntura económica «desfavorable y ambigua». Ante este panorama, el documento constata cómo las instituciones, en particular las públicas, con frecuencia parecen incapaces de apoyar a las familias en dificultad. Y, sin embargo, aclara el texto, las familias son «pilares fundamentales e irrenunciables del vivir social». El Instrumentum laboris aboga por unas «políticas adecuadas» que tengan en cuenta una «acción compensativa», para no abandonar a las familias a su propia suerte.
Además, el documento del que partirán los obispos para trabajar, reafirma que el sacramento del matrimonio es «para siempre, indisoluble», y, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe «acompañar» los momentos de sufrimiento conyugal, con una óptica de misericordia, que no le quita nada a la verdad de la fe. «Todos tienen necesidad de dar y de recibir misericordia», puede leerse en el texto, que se hace eco de las peticiones de algunos sectores que piden que la Iglesia sepa mostrar más eficazmente su rostro misericordioso a quienes han roto su unión matrimonial.
Divorciados vueltos a casar
En lo que respecta a los divorciados vueltos a casar, el documento expresa que se desea una reflexión sobre la oportunidad de dejar caer las supuestas formas de exclusión que se practican en la actualidad, en ámbito litúrgico-pastoral, educativo y caritativo, porque estos fieles no están fuera de la Iglesia. Sin embargo, señala que los caminos de integración pastoral deben estar precedidos por un discernimiento oportuno, en el respeto de la maduración de las conciencias.
Sobre la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan recibir la Comunión, el texto presenta las dos posiciones de la discusión: por una parte, algunos obispos piden mantener la doctrina actual; otros, por el contrario, abren la posibilidad de abrir un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un obispo, en circunstancias particulares. Al final de este camino, los fieles podrían volver a recibir la Comunión.
Homosexuales en la Iglesia
En el Sínodo se hablará también acerca de las personas homosexuales. Tras recordar la posición de la Iglesia, que no reconoce como matrimonio las uniones entre personas del mismo sexo, el documento reitera que toda persona, sea cual sea su tendencia sexual, debe ser respetada en su dignidad, y acogida con respeto y delicadeza en la Iglesia y en la sociedad.
Dignidad de los más débiles
El texto del Instrumentum laboris aboga ante todo por la dignidad de los ancianos y de los discapacitados. En este contexto, destaca la importancia de la familia como instrumento de inclusión, sobre todo para personas en situaciones especialmente frágiles, como viudos, mayores o enfermos, que deben ser acompañados para poder afrontar «las formas despiadadas de estigma y prejuicio».
Atención a los migrantes
El documento propone una atención pastoral específica a favor de las familias en migración, porque donde no hay «auténtica acogida y respeto de los derechos de todos», las familias se quedan expuestas a toda serie de abusos. Y el drama crece cuando la migración es ilegal, y se ve sostenida por «circuitos internacionales de la trata de seres humanos».
La explotación de la mujer
El texto preparatorio del Sínodo subraya además el papel de las mujeres, y denuncia los abusos a los que se encuentran sometidas, como explotación y violencia, a los que se añaden el aborto y las esterilizaciones forzadas. Al tiempo pide una «mayor revalorización en la Iglesia».