Las dos almas de la Iglesia polaca se dan cita en Roma - Alfa y Omega

Las dos almas de la Iglesia polaca se dan cita en Roma

Coincidiendo con la celebración del 40º aniversario del sindicato Solidaridad, grupos cercanos al partido gobernante, Ley y Justicia, llaman a filas desde Roma frente al avance en Europa del aborto y la homosexualidad

Ricardo Benjumea
El Papa celebra el 4 de diciembre el 40 aniversario de Solidaridad con representantes del histórico sindicato. Foto: Vatican News

Las dos almas del catolicismo polaco han coincidido estos días en Roma. Mientras Francisco celebraba con Solidaridad el 40º aniversario de la fundación del sindicato puesto en marcha por Lech Walesa, un congreso reunía en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (la conocida como Angelicum) a grupos de sensibilidad mucho más cercana al gubernamental partido Ley y Justicia (PIS), de línea fuertemente nacionalista.

El PIS tiene el apoyo de gran número de católicos polacos, incluidos obispos, que valoran sus generosas políticas profamilia, pasando por alto su boicot a los continuos llamamientos del Papa a mostrar generosidad hacia migrantes y refugiados. Walesa, hasta ahora sin demasiado éxito, abandonó su retiro para lanzar hace un año un nuevo proyecto para «salvar la democracia en Polonia ante la deriva autoritaria» del Gobierno.

El mensaje del Pontífice este miércoles a Solidarnosc fue deliberadamente genérico, pero suficientemente claro. «Un signo de apertura al Espíritu de Dios –dijo– es la actitud de solidaridad con las personas privadas de sus derechos inalienables». Y tras reconocer el papel del sindicato en la caída del comunismo, tanto en Polonia como en el conjunto de la Europa del este, remarcó que la doctrina social es parte integral de la fe católica, e implica «una sensibilidad a la voz de los hermanos y hermanas que han sido privados del derecho a condiciones de trabajo decentes, a la justa recompensa necesaria para mantener a la familia, a la asistencia sanitaria o al descanso».

Popieluszko con Lech Walesa. Foto: AFP Photo

Un recuerdo a Popieluszko

Junto a estos mensajes, el Papa animaba a la participación política de los católicos, «en colaboración con el estado y con la sociedad», para intentar «que se produzcan cambios positivos». Sus palabras a favor del diálogo y la búsqueda de consensos contrastaban con las que solo unos días antes había lanzado uno de los organizadores del encuentro en el Angelicum, Pawel Lisicki, el fundador del semanario Do Rzeczczy, sobre por qué los cristianos «estamos perdiendo» la batalla en Europa ante el avance del aborto, la eutanasia y diversas normas que intentan que «todos podamos demostrar que estamos orientados a la homosexualidad». Entre los asistentes que asentían, figuraban la eurodiputada del PIS Beata Kempa –antigua jefa de gabinete de la ex primera ministra Beata Szydlo– o Benjamin Harnwell, director del Instituto Dignitatis Humanae, fundado por el norteamericano Steve Bannon con el objetivo de formar cuadros para su proyecto de alianza ultraderechista en Europa y de conseguir para la causa apoyo eclesial.

¿Dos Polonias católicas irreconciliables? Quizá no todos los puentes han sido destruidos. Además de estos dos encuentros, Roma ha acogido esta semana una tercera conferencia organizada por católicos polacos, la celebrada en la Universidad Urbaniana y dedicada a Jerzy Popieluszko, sacerdote cercano a Solidaridad asesinado en 1984 y referente sin excepciones para toda la Iglesia polaca. Durante la audiencia general de esta semana, al dirigir unas palabras a algunos de los participantes, el Papa Francisco recordó la figura de «este celoso sacerdote y mártir, bárbaramente asesinado por los servicios comunistas, que dio la vida por amor a Cristo, a la Iglesia y a los hombres, sobre todo por aquellos privados de libertad y de dignidad».