La parroquia «sin vergüenza» que armó lío
Del 5 al 19 de marzo, la localidad toledana de Yepes celebró la Misión Diocesana para dar a conocer el amor de Dios
«No me busques en Facebook. Ven y verás». Así le decía una madre a su hijo cuando este le preguntaba por la Misión Diocesana de Yepes. En esta localidad toledana ha pasado algo, un no sé qué que sintieron los yeperos pero que les llenó de felicidad. Así lo recordaba el pasado 10 de marzo el párroco de Yepes, Emilio Palomo, en la celebración de la Misa con la participación de todas las asambleas, familiares, cofrades, adolescentes y jóvenes que se han reunido en la primera semana de la misión.
Del 5 al 19 de marzo en este municipio toledano de unos 5.000 habitantes se ha armado lío, un lío como es la misión que está permitiendo experimentar el amor de Dios, dándolo a los demás; un lío que se nota en los rostros de los yeperos, de emoción, de felicidad, de esperanza; rostros de haber sentido y vivido el amor de Dios. Emoción y entusiasmo se refleja en cada yepero que está viviendo la Misión.
Este lío ha hecho que 80 casas –divididas en 16 sectores– hayan abierto sus puertas a sus vecinos para acoger las asambleas familiares, y en las que los yeperos se han reconocido no solo como vecinos o amigos sino como hijos de Dios, miembros de la Iglesia. En estas asambleas se reunían los vecinos en torno a la Cruz, realizando y meditando catequesis que meses previos se han preparado en la parroquia. Asambleas que, según cuentan los vecinos, por la experiencia de las tres misiones anteriores (1953, 1975 y 1992) permitirán «sentirnos más cerca de Dios y de los hermanos, afianzando el sentimiento de pertenencia a Cristo». Asimismo, en la primera semana han tenido lugar asambleas para jóvenes, adolescentes y cofrades.
El párroco indicaba a todos los participantes en las asambleas a que «se nos suelte la lengua para anunciar a Cristo», porque «en Yepes no nos tiene que dar vergüenza decir que somos cristianos, que somos miembros de la Iglesia. Cuéntalo. Pídeselo a Dios».
En la Misión Diocesana de Yepes, que ha contado también la participación de todas las delegaciones de la Archidiócesis de Toledo, y sus dos obispos, monseñor Braulio Rodríguez, y monseñor Ángel Fernández, se han programado un amplio abanico de actividades evangelizadoras para todas las edades y todos los días que dura este lío. Asimismo, en la parroquia de San Benito Abad, una gran cruz de madera permite abrazar la Cruz; «no tocarla», como diría su párroco, Emilio Palomo, «sino abrazar la Cruz, con el Señor», sintiendo que somos pecadores, pero que tenemos un Padre que nos ama y nos perdona.
Preguntaba don Emilio Palomo a los yeperos, un lío que también contó del 17 al 19 de marzo con las reliquias de san Ildefonso, santo patrón de la archidiócesis de Toledo. Sin duda alguna merece la pena el lío. Serán 14 días de la Cuaresma de 2017 que marcarán la vida de la parroquia de San Benito Abad de Yepes, y que permitirán realizar un anuncio renovado del Amor de Dios.