La oración del Papa a la madre Teresa: «Que estemos atentos al grito de los pobres»
Francisco vista en Skopje la Casa Memorial de la Madre Teresa, el lugar donde se levantaba el templo donde fue bautizada y solía rezar
El Papa Francisco ha visitado esta mañana nada más llegar a Macedonia del Norte procedente de Bulgaria la Casa Memorial de la Madre Teresa, una construcción moderna donde hasta 1963 se encontraba el templo del Sagrado Corazón de Jesús, donde fue bautizada la Madre Teresa y donde solía ir a rezar.
El Pontífice fue recibido por la madre superiora, tres religiosas y un niño que le ofreció un ramo de flores. Tras realizar un homenaje floral ante la estatua de la santa, Francisco se dirigió a la capilla donde lo esperaban los líderes de las demás comunidades religiosas presentes en el país. También estuvieron presentes dos sobrinos de la madre Teresa.
En el altar podían observarse una reliquia de la santa, algunos objetos personales y cinco velas en representación de las confesiones religiosas. Después de rezar en silencio ante la reliquia, Francisco pronunció una oración.
«Dios, Padre de misericordia y de todo bien te damos gracias por el don de la vida y el carisma de santa madre Teresa. En tu gran providencia, la has llamado a dar testimonio de tu amor entre los más pobres de la India y del mundo. Ella supo hacer el bien a los más necesitados, puesto que reconoció en cada hombre y mujer el rostro de tu Hijo. Dócil a tu Espíritu, ha sido la voz orante de los pobres y de todos aquellos que tienen hambre y sed de justicia».
Y continuó: «Te pedimos, santa madre Teresa, madre de los pobres tu especial intercesión y ayuda, aquí, en la ciudad de tu nacimiento, donde estaba tu casa. Aquí recibiste el don del nuevo nacimiento en los sacramentos de la iniciación cristiana. Aquí escuchaste las primeras palabras de la fe en tu familia y en la comunidad de los fieles. Aquí comenzaste a ver y a conocer a los necesitados, a los pobres y a los pequeños. Aquí aprendiste de tus padres a amar a los más necesitados y a ayudarlos. Aquí, en el silencio de la iglesia, escuchaste la llamada de Jesús a seguirlo, como religiosa, en las misiones».
Así las cosas, el Papa reclamó a la santa su intercesión «para que también nosotros obtengamos la gracia de estar vigilantes y atentos al grito de los pobres, de aquellos que están privados de sus derechos, de los enfermos, de los marginados, de los últimos». «Que Él nos conceda la gracia de verlo en los ojos de quien nos mira porque necesita de nosotros. Que nos dé un corazón que sepa amar a Dios presente en cada hombre y mujer, y que sepa reconocerlo en aquellos que están afligidos por el sufrimiento y la injusticia. Que nos conceda la gracia de ser también nosotros signo de amor y esperanza en nuestro tiempo, en el que hay tantos necesitados, abandonados, marginados y emigrantes. Que haga que nuestro amor no sea solo de palabra, sino que sea eficaz y verdadero, para que podamos dar testimonio creíble de la Iglesia, que tiene el deber de predicar el Evangelio a los pobres, la liberación a los prisioneros, la alegría a los tristes, la gracia de la salvación a todos».
Finalizada la oración, Francisco saludó a los diferentes líderes religiosos y a los sobrinos de la madre Teresa para dirigirse a continuación al patio en el que lo esperaban un centenar de pobres que reciben asistencia de las misioneras de la Caridad. Allí, la superiora de la comunidad dirigió su saludo en nombre de los presentes y una joven madre soltera de religión ortodoxa asistida por las religiosas ofreció su testimonio. El encuentro concluyó con la bendición apostólica del Papa Francisco, quien también bendijo primera piedra del futuro Santuario de la madre Teresa.
Vatican News / Redacción