Histórico viaje del Papa a Irak - Alfa y Omega

Histórico viaje del Papa a Irak

El Sucesor de Pedro obliga a mirar a un país inmerso en una frágil reconstrucción tras años de violencia

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Histórico. Así puede calificarse el viaje que emprende el Papa Francisco este viernes a Irak. Aunque es un adjetivo del que se abusa en estos tiempos, lo es porque se trata de la primera visita de un Pontífice al país –con la que se cumple un viejo anhelo vaticano– y porque con ella se reactiva la agenda internacional de Francisco, no sin las dificultades propias de la pandemia.

Durante tres días muy intensos, el Sucesor de Pedro va a obligar a la sociedad mundial a mirar a un país inmerso en una frágil reconstrucción tras años de violencia. Con el lema Todos sois hermanos, recogido del Evangelio de Mateo, dedicará tiempo a las autoridades políticas, pero sobre todo a las personas más golpeadas por el conflicto, a los descartados y olvidados –como los cristianos y yazidíes–. De igual forma que en otros viajes de su pontificado a las periferias, va a provocar que muchos reparen por primera vez en ellos.

En este sentido, uno de los objetivos fundamentales es encontrase con los cristianos, que llevan años sufriendo persecución y que estuvieron a punto de ser borrados del mapa por el Estado Islámico. El Papa llevará aliento y esperanza a una minoría cuya presencia se remonta a los orígenes mismos del cristianismo y que ha pasado de 1,4 millones de personas a apenas 250.000 –muchas desplazadas internas en el Kurdistán– en un momento en el que los retornos se están produciendo con cuentagotas.

Asimismo, el viaje apostólico de Francisco incluye un encuentro con el líder chiita Ali al Sistani. Aunque no habrá una declaración formal como el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, firmado con el gran imán de Al Azhar, el líder sunita Ahmed al Tayeb, será una forma de escenificar el rechazo a las corrientes extremistas dentro del islam. Y servirá, sobre todo, para mostrar la apuesta conjunta por la reconciliación y la fraternidad. Una apuesta necesaria en Irak y en todo el mundo.