Esta extraviada convence. La Traviata - Alfa y Omega

Cría fama y échate a dormir. Esto es, básicamente, el argumento de La Traviata. Hedonista convencida, deja su vida de lujo y diversión por el amor hacia Alfredo. Sin embargo, el padre de este viene a pedir a Violeta que le deje, debido a su mala reputación y la mancha que dejará en el honor de la familia de Alfredo. Pero el amor siempre vence, y al final, aunque tarde, los amantes vuelven a reencontrarse.

Verdi, junto a Piave, su libretista de cabecera, compone esta ópera basado en un montaje teatral de la novela La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas (hijo). Fue estrenada en Venecia en 1853 y fue un fracaso. Tras diversas revisiones que afectaban principalmente a los actos II y III, se vuelve a estrenar en otro teatro de Venecia, siendo, en esta ocasión, un éxito. Actualmente, es la ópera más representada a nivel mundial.

De nuevo, siguiendo la trayectoria de cambios en los que Verdi estaba inmerso, con La Traviata da un paso más allá introduciendo el realismo —Verdi es bisagra entre dos movimientos, el romanticismo y el verismo—. Hasta el momento, las óperas habían estado ambientadas en tiempo pasado, fueran mitológicas o basadas en hechos reales. Verdi ambienta esta ópera en el momento actual en el que se compuso. Otra vez un tema ‘incómodo’ para la sociedad del momento, que le obliga a ambientarla en el pasado para poder estrenarla. Obra atípica en el autor, pues no refiere hechos históricos ni está basado en tragedias, sino que es un drama psicológico de carácter intimista, donde Verdi alcanzó un estilo maduro, con mayor hondura en la descripción de los personajes, mayor solidez en las construcciones dramáticas y una orquesta más importante y rica.

La tercera de la «trilogía popular o romántica» de Verdi (Rigoletto, Il Trovatore y La Traviata), es la obra más francesa de las tres, con ballet al comienzo del primer acto incluido. ¿Será un guiño por estar ambientada la trama en Paris? En esta ocasión la Compañía Lírica de Madrid y la Orquesta Filarmónica Mediterránea nos ofrecen esta versión de la obra con un montaje realista. Desde los primeros compases de la obertura, ya sabemos cómo va a acabar, mal. Sin embargo, el comienzo del primer acto es muy alegre, donde nos encontramos con el famoso brindis «Libiamo ne’ lieti calici» lo que nos hace preguntarnos ¿qué habrá pasado? Y, junto con la belleza de la partitura, no poder perder la atención hasta el final. Esta ópera es un caramelito para los tres papeles protagonistas, principalmente para la soprano, a la que Verdi brinda todo un repertorio de arias para poder lucirse, con una coloratura, por momentos, soberbia.

El trabajo presentado complace. La orquesta ayer no estuvo muy fina, con falta de sincronización en determinados momentos. La dirección musical, a cargo de Alejandro Jassan, fue simplemente correcta. La orqueste separada en dos zonas: el foso, dónde se encuentran los instrumentos de viento y percusión, y delante de la fila 1, los instrumentos de cuerda. Esto hace que no suene bien, además de tapar la voz de los cantantes. Supongo que es un problema del tamaño del foso y del teatro contratado para representar.

El montaje escénico es normal, pero sin esfuerzo. Sin embargo, el diseño de luces no terminé de entenderlo ni de verlo estéticamente bonito. Un trabajo a destacar es el del coro. Realmente ofreció los mejores momentos de la noche, tanto a nivel vocal como escénico, actuando como un todo. Idoris Duarte, soprano, representa a Violeta, protagonista de la obra, con un buen trabajo en líneas generales. En algunos momentos del primer acto no dice todas las notas y en los momentos difíciles pasa por encima de ellos.

Sin embargo, en los últimos 15 minutos del primer acto, su gran momento, nos ofrece una buena interpretación vocal. Alfredo, tenor, amante de Violeta, es representado por Miguel Borrallo, quien nos ofrece una correcta interpretación de su personaje, con problemas vocales en el primer acto –nos muestra temor en los agudos, los cuales ahoga rápidamente-, que va solucionando con el transcurso de la representación. Ninguno de los dos, en sus dúos, terminan de resolver adecuadamente sus participaciones. Ulises Fuentes, barítono, interpretando al padre de Alfredo, nos brinda el mejor trabajo individual de la noche. Totalmente correcto a nivel vocal, contenido y transmitiendo con su voz los diferentes estados de ánimo por los que pasa el personaje.

La Traviata

★★★☆☆

Teatro:

Nuevo Teatro Alcalá

Dirección:

Calle Jorge Juan, 62

Metro:

Goya, Príncipe de Vergara

OBRA FINALIZADA